Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Ni Podemos puede ni Sumar suma

Iglesias transformó el amplio movimiento de protesta de Podemos en un artefacto populista y leninista

Los cuatro diputados que le quedan a Podemos han denunciado ante la Policía que una mano anónima ha sacado a los pasillos los documentos, ordenadores y otros medios con los que trabajaban en su grupo parlamentario del Congreso de los Diputados. Un hecho insólito.

Pero con matices. Su grupo no era ya su grupo, sino el de la coalición Sumar, desde que los podemitas lo abandonaron voluntariamente para integrarse en el Grupo Mixto. La mano anónima tampoco es anónima, puesto que quienes los desalojaron fueron los líderes de Sumar, legítimos usufructuarios del despacho y los instrumentos de trabajo en el Congreso. Podemos estaba de okupa y lo desahuciaron.

Lo realmente llamativo es que aquellos que iban a asaltar los cielos e inaugurar una nueva forma de hacer política hayan desembocado en las páginas de sucesos de los periódicos, entre acusaciones de robos y allanamientos. Que quienes han presumido obsesivamente de actuar sólo en beneficio de la gente y no estar interesados en el poder dediquen sus máximas energías a escalar escaños, ministerios e influencias. Que mientras más reclaman unidad más desunidos están y más a muerte se pelean. Que conforme fantasean más machaconamente con la mayoría social que no tienen, más se debilitan y menos votos consiguen. Pocos, pero muy sectarios, eso sí.

El amplio movimiento de protesta e impugnación del sistema que confluyó en torno a Podemos fue derrochado por su líder indiscutible, Pablo Iglesias, que lo transformó en un artefacto político de carácter cesarista y funcionamiento leninista, purgado de cualquier asomo de disidencia, y de ideología más populista que marxista. Y jalonado de errores estratégicos y tácticos más deudores del adanismo y el mesianismo que de la inexperiencia. Se equivocó incluso en la designación digital de su heredera, que en cuanto pudo volar sola se independizó de su tutela imposible, para gozo de Pedro Sánchez. Iglesias soñó en su retirada aparente con manejar los hilos desde la trastienda. No hace falta ser doctor en Políticas para comprender que estas cosas nunca funcionan.

Así está el tema: el grupo mayoritario no suma y el minoritario se desangra. ¿Resultado? Los dos salen perdiendo, como se verá la semana que viene en Galicia. Y que toda esta pelea cainita sea por un máximo del 12% de los votos, que es lo que corresponde a un país desarrollado... Muy triste.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios