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LO sucedido con el PSOEen la población leonesa de Ponferrada no debe abordarse como un simple error, para el que bastaría con una rectificación. La dirección federal socialista ha obligado a su alcalde, Samuel Folgueral, a abandonar el Ayuntamiento o el partido, a lo que éste ha contestado que será esto último, lo que añade más bochorno sobre esta situación. Ésta es la rectificación. El PSOEha reconocido el error de que uno de sus concejales ponferrandinos, Samuel Folgueral, se convirtiese en alcalde mediante una moción de censura apoyado por Ismael Álvarez, el antiguo alcalde del PP que fue condenando por acoso sexual a la también edil popular Nevenka Fernández. El líder socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha admitido el error y ha optado por la rectificación, pero, con ello, no basta. No basta porque el secretario de Organización del PSOE, Óscar López, conocía cuáles eran los acuerdos de la moción de censura, y éstos eran vergonzantes. Folgueral se convertía en alcalde con los votos de la formación del acosador sexual, y éste, al día siguiente, dimitía como concejal, lo que le permitiría seguir mandando en su formación independiente y en el propio ayuntamiento. Óscar López, que proviene de Castilla y León, donde fue secretario general del PSOE, no puede permanecer más en este cargo. El número tres del PSOE aceptó y promovió un acuerdo con un condenado por acoso sexual, a sabiendas de todo: de sus antecedentes, del daño moral causado a Nevenka Fernández y de que Ismael Álvarez iba a seguir mandando en la sombra. Inaceptable; la rectificación es necesaria pero no basta. El caso revela dos hechos muy graves. El primero: que vale desprenderse de casi todo para conseguir el poder, incluidos los postulados más identificatorios de este partido. Y segundo: la falta de sensibilidad hacia el drama del acoso machista a las mujeres. La coincidencia de que la moción de censura se celebrase en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora convierte al caso de Ponferrada en una burla sin perdón. Por todo ello, Óscar López debía de haber dejado su cargo de importancia en el PSOE. Y, si no se va él, Alfredo Pérez Rubalcaba se lo debe solicitar. La dirección socialista experimenta un notable desgaste, no sólo por sus perspectivas electorales, sino por la falta de mando:Ponferrada se añade a la rebeldía de los socialistas gallegos, que han optado por unas primarias para elegir a su secretario general, y a las relaciones con el PSC, que ha pasado a apoyar la celebración de la consulta soberanista. El PPha cargado contra el PSOEpor el caso de Ponferrada, pero la defensa que algunos y algunas de sus dirigentes hicieron durante el caso Nevenka del ex alcalde acosador fue también bochornosa.
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