El pasado viernes, en el transcurso y desarrollo del cabildo extraordinario en la hermandad de las Cinco Llagas donde los hermanos decidían si la corporación iba a participar en la Magna Mariana que tendrá lugar el próximo 12 de octubre, se pudo comprobar lo nefatas que pueden llegar a ser las redes sociales ya no solo en esto de las cofradías, sino también en cualquier parcela social que abordemos.

Fue un hecho que bien podría haber ocupado, si acaso, algunos minutos en el programa de televisión del compañero Iker Jiménez. El extraño caso de transmutación de la realidad en el espacio y el tiempo. Y es que todavía los cofrades de las Llagas no habían decido nada cuando en las redes sociales ya se daba por concluida la votación con un ‘no’ a la participación a la Magna Mariana. El poder de adelantarse a la realidad algunos minutos para ser el primero en decir algo a través de un tuit y recibir visitas.

Capítulo aparte merece un señor que, sin haberse producido la votación todavía, tocó a la puerta y se presentó como presunto hermano de la cofradía, preguntando las razones por las que “la Virgen no salía”. Ese sí que fue un momento idóneo para haber sido revisado por el gran José Luis Berlanga y haber dirigido, si acaso, un corto metraje. Lo hubiera bordado.

Lo fundamental de todo esto es el daño que se puede hacer a través de una publicación de un tuit de un aburrido que predice el futuro o al que le chivan lo que está sucediendo alguien que está dentro. Claro que con el poder de saber advertir el futuro. Lo más triste es que hubo medios que lo dieron por bueno y se publicó como cierto.

Como corolario a esta columna, un chiste que se le ocurrió a alguien que estaba en la asamblea porque en las Llagas también hay ingenio. Se dirigió a la mesa animando a los hermanos a votar un ‘sí’ rotundo, aunque solo fuera por darle por donde yo te diga a quienes ya daban el ‘no’ por hecho. “Nos va a costar una pasta, pero ¿y lo que nos vamos a reír, qué?”, dijo el fulano.