Vuelos sin motor

Suprimir los vuelos peninsulares corta las alas del desarrollo de la España periférica de un modo rastrero

Contra el calentamiento global, frivolidad particular, parece ser la fórmula. La frivolidad del Gobierno pasma. Promocionan los coches eléctricos, para los que no hay baterías suficientes, mientras lanzan su fatua contra los coches diésel. Eso ha dejado al consumidor medio sin saber qué comprarse y alargando la vida de su coche hasta más allá de lo razonable. El mío es tan viejo que ya no le funciona ni la obsolescencia programada.

La última frase, que es muy buena, no es mía, pero no recuerdo a quién se la leí, perdonen. Lo que sí es mío es el coche de 23 años y casi 400.000 kilómetros, que no sé por qué cambiar.

Las indecisiones que nos producen las cortan por lo sano con prohibiciones. La última del acuerdo entre Sumar y el PSOE es prohibir los vuelos de menos de dos horas y media. Esto es, todos los vuelos peninsulares. Automáticamente tras el anuncio, Aena ha caído más de 600 millones de euros, como es lógico. Si esa medida se pone en práctica, supone cargarse la red aérea española, con el hundimiento de puestos de trabajo consecuente. Las pérdidas del sector serían millonarias. Lo de este Gobierno, que ya ha castigado a la industria automovilística, es de aúpa. Ahora van a por la aeronáutica. Pueden con todo. ¿No han hecho descender, a pesar de su retórica constante, a España hasta el puesto 27 en la lista de países con mayor bienestar para las mujeres? Llegamos a estar en el 5º lugar del mundo.

Lo del vuelo tiene otras consecuencias. Desde la provincia de Cádiz, tan esquinados como estamos, si se suprimiesen los vuelos a Madrid, nos dejarían muy lamentablemente aislados, dependiendo de un servicio de trenes cada vez más lento, con más atrasos, con menos plazas y con pocos horarios. No es difícil calcular a ojo de buen cubero lo que eso significa de dificultad para las empresas de la provincia, para los profesionales, para todos los que acudimos a Madrid de vez en cuando.

España tiene un problema de empleo. Esto no ayuda. España tiene un problema de descapitalización de las provincias. Esto no ayuda. España tiene un problema de falta de libertades. Esto no ayuda. España tiene un problema de desindustrialización. ¿A qué ayuda esto? De esta ocurrencia de la izquierda nos van a salvar los nacionalistas que, velando por el interés de Barcelona y de Bilbao, no las van a dejar sin puente aéreo, pero son un indicador de lo que piensan y proponen los que nos desgobiernan.

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