JEREZ TIEMPOS PASADOS

JUAN DE LA PLATA

Nuestra ciudad, al final del siglo XIX

JEREZ finaliza el siglo XIX, embarcada en un intento de modernidad y tratando de avanzar, desde un principio, en aquellos adelantos que hagan que pueda asomarse a un nuevo siglo, el XX, con las mejores expectativas.Muy atrás quedaban ya las consecuencias de la invasión francesa, que duró dos años y medio, desde 1810 a 1812; la epidemia de cólera que duró tres meses y quince días, en 1819, con el triste balance de 408 muertos, más los estragos causados a finales del siglo anterior por otra epidemia que arrojó cerca de veinte mil victimas; y que, aunque más liviana, volvió a poner de nuevo sus garras sobre la ciudad, en 1804.

El paso adelante más glorioso de la ciudad, en el siglo XIX, después de tales epidemias de cólera, fue el que dimos los jerezanos al conseguir traer hasta la plaza del Arenal y al parque de Tempul las aguas del manantial del mismo nombre, que hizo que toda la población vibrara de gozo al conseguir cerrar los pozos que, verdaderos focos de infección, desde tiempos antiguos se ubicaban en todas las viviendas; dando paso al agua que brotaba de las cañerías, provinentes de Tempul, hecho importantísimo que ocurrió en la memorable fecha del 16 de julio de 1869, festividad de la Stma. Virgen del Carmen.

Y, entre otras cuestiones, la ciudad ya cuenta, desde mayo de 1852, con la construcción de la vía férrea de Jerez al Trocadero, terminándose el primer trozo al Puerto de Santa María, con una extensión de15 kms. y un coste aproximado a los doce millones y medio de reales. Dos años después, ya entraba en funcionamiento, en su totalidad, completándose la linea, que entró definitivamente en servicio el 10 de octubre de 1856.

Hay un dato de este periodo que muchos jerezanos desconocen y es que el tratamiento que nuestra ciudad tiene, a través de su ayuntamiento, de "excelentísimo", le fue otorgado por Real Decreto de 20 de junio de 1860, gracias al teniente de alcalde Gregorio Gimenez de Cisneros y, sobre todo, y debido el gran empeño que puso en la gestión, al diputado a Córtes, Francisco Përez de Grandallana. El 23 de marzo de 1862, se inaugura el Monte de Piedad y Caja de Ahorros, nuestra cada día más añorada Caja de Ahorros de Jerez, hoy lamentablemente desaparecida, para siempre, despues de que primero lo hiciera aquel paño de lágrimas que para mucha gente humilde fuera "El Monte", popular institución de tanto arraigo en nuestra ciudad, hasta la segunda mitad del pasado siglo, que sirvió de modelo para que, en toda España, se abrieran nuevas Cajas de Ahorros, algunas de las cuales terminaron por absorver a la primera de todas.

En el plano político, la ciudad tomó parte muy activa en el movimiento revolucionario de septiembre de 1868, viniendo a Jerez, con tal motivo, el 21 de dicho mes, el general Prim, recibido en la estación por Ramón de Cala y Barea, al frente de la junta revolucionaria local y numerosos simpatizantes de dicha causa. Precisamente, por acuerdo de la citada junta revolucionaria, fueron demolidos los conventos de San Cristóbal, de la Concepción y de la Victoria, así como el de la Veracruz - sobre cuyo solar se levantó el Teatro Villamarta, a iniciativa, precisamente, de Ramón de Cala - y la capilla de la Virgen de las Lágrimas; achacándose para ello el estado ruinoso en que, al parecer, se encontraban tales edificios religiosos.

Los días 17 y 18 de marzo de 1869, el pueblo jerezano se alzó contra las autoridades, levantando barricadas y rechazando a las fuerzas del ejército. Un triste recuerdo que acabó con muchas víctimas y heridos civiles y militares, además de seiscientos prisioneros que fueron deportados.Esta algarada popular se volvió a repetir el 22 de junio del mismo ño, levantando los sublevados varias barricadas y fortificándose en el templo de San Juan de los Caballeros, hasta que el ejército logró pacificar la situación.

Gracias a la iniciativa y gestiones llevadas a cabo por el alcalde Francisco Revueltas y Montel, Jerez consigue abrir al público la primera Biblioteca Pública Municipal de Andalucía, el 23 de abril de 1873. En este mismo periodo se colocaría la primera piedra del Mercado Central de Abastos. Años después, entre1882 y 1883, ocurrirían los funestos sucesos que dieron lugar a los juicios contra la asociación secreta de la Mano Negra, que se saldaron con ocho ejecuciones públicas, en la plaza del Mercado.

A finales del siglo XIX, hay un alcalde que la historia local destaca con especial relieve, llamado Eduardo Freyre y Góngora, diciendo de él Miguel de Bustamante y Pina, que "fué aquél digno patricio una figura inolvidable , conquistando por sus altas dotes de sabio gobernante las simpatías de todas las clases sociales (…) alcanzando la más cariñosa popularidad. A su iniciativa se debieron mejoras de la mayor importancia, tales como la transformación de las plazas y alamedas de las Angustias, Progreso y Fortún de Torres, en magnificos jardines que hermosean la ciudad. Bajo su gestión se adoquinaron varias calles, se proyectó la reforma de la plaza de la Veracruz, se iniciaron las obras del Cuartel de Caballería y se terminaron las del cuartel de San Agustín"; impulsando, además, la creación de la Cámara Agrícola.

Ya en los años finales del siglo XIX, Jerez cuenta con la fundación de la que, en principio, se llamó Fonda Popular de San Vicente, centenaria institución de las Hijas de San Vicente de Paul, hoy aún funcionando con el respaldo y las simpatías y ayuda de todo Jerez. Pero un pánico indescriptible invadió a todos los jerezanos en enero de 1892, debido a atentados anarquistas que paralizaron durante largo tiempo todos los negocios, saldándose con la muerte de dos respetables vecinos, cuyos culpables fueron ejecutados un mes después; mientras las viñas de nuestros campos se veían amenazadas por la temible filoxera. Contaba Jerez con una población, aproximada a los sesenta mil habitantes.

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