Mi no comprender

No consigo entender qué gana el Gobierno con este enfrentamiento frontal con el rey

Mi apoyo al rey lo llevo insistiendo desde el 3 de octubre famoso y si no lo dije antes (que no recuerdo) es porque las circunstancias no le habían forzado a ponerse en el centro del huracán. De los argumentos a favor de la monarquía ya he escrito, de los valores personales del monarca también y de lo oportuno que es defender a capa y espada el Estado de Derecho.

Así que podemos centrarnos en el folletín. ¿Qué gana el Gobierno generando un conflicto con la Casa Real? Que es evidente que ha creado, vetando contra la voluntad del rey su presencia en la entrega de despachos de los nuevos jueces. Como un guiri, qué digo, como un extraterrestre, mi no comprender qué es lo que tiene en la cabeza Iván Redondo. ¿No les iba mejor con la labor de zapa y por la espalda?

Con este movimiento y las posteriores declaraciones del ministro Campo de que se han pasado tres montañas por decir "Viva el rey", y Garzón e Iglesias azuzando, ponen al Ejecutivo enfrente de una figura de una cuidada neutralidad. Todos los apolíticos de España, que son la mayoría silenciosa, se consideraban representados por el rey, y ahora van sabiendo que los quieren liar. Al escoger a la Justicia para montar este pollo, transmiten una falta de respeto por la separación de poderes. Cualquier otro motivo de fricción (si lo estaban buscando) hubiese hecho menos daño a la imagen ya bolivariana de Sánchez y su gente.

Pongamos que quieren provocar una crisis del sistema constitucional. ¿Tienen fuerza? ¿De qué mayoría política disponen? ¿Están seguros de que el votante medio del PSOE quiere esto? ¿Qué sectores les apoyan?

Descartado por completamente ridículo (al menos en un plano racional) el golpe de timón institucional, nos queda la posibilidad de que quieran despistarnos de la crisis sanitaria o de la crisis económica o de ambas. Pero tampoco es inteligente. Con cuestiones más políticas o mediáticas, si cabe el juego de birlibirloque, ¡si lo sabrá Sánchez!, pero cuando hablamos de enfermos, muertos, parados y ruina, la realidad se impone enseguida. Y avergonzará a aquel que trate de taparla creando ruido y división, en vez de trabajar en remediarla.

Incluso quienes podrían tener unas previas ciertas simpatías republicanas, viendo este desperdicio de tiempo y energías, sentirán desazón y desapego por una irresponsabilidad y una frivolidad incomprensibles. Me encantaría entender a qué está jugando el Gobierno.

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