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La Crestería

Manuel Sotelino

Pandemia cofrade

SÉ que esta columna va a contar con un bajo porcentaje de cofrades que la suscriban. Los años no pasan en balde. Así que no estoy con estos tiempos en el que muchos dicen saber más que el que inventó el antifaz por el simple hecho de haber visto cuatro videos del YouTube desde la  Campana. 

Ahora llegan los tiempos de una nueva reivindicación cofrade. Lo fácil, como decía ayer en la Crestería de hace dos semanas, es argumentar que somos perseguidos y que vamos camino del coliseo. Pero no es así. Lo digo por la nueva corriente cofrade-jerezana que está creciendo a favor de que los ‘pasitos’ salgan a las calles. En medio de una emergencia sanitaria en la que se  fallece en los hospitales y el número de contagios crece.  

Justificar una procesión por el simple hecho de que otros hagan actos sin orden y con concierto es como pensar que si un tipo comete un delito y queda impune los demás estan legitimados para llevar a cabo acciones no permitidas. Los cofrades son caprichosos y tienen el mono de pasos en las calles. Sin embargo, no es no. Para todos. Las cofradías deberían de estar por encima de todo este debate superfluo. Contra los acontecimientos no podemos enfrentarnos. Así que no se trata de vivir resignados, sino aceptando la voluntad de Dios. Como decía hace unos días Navarro Antolín, “no pasa nada por estar dos años sin Semana Santa. Lo sufrieron nuestros abuelos. Lo padeceremos como ellos”. Y nadie morirá del mono. De un rebrote, quizá. 

Por si fuese poco, hace unos días el presidente de la Junta de Andalucía salió a la palestra para decir que “habrá que buscar nuevas fórmulas para las procesiones de Semana Santa de 2021”. En política, un axioma es crear una comisión cuando un asunto se atraviesa. O decir que habrá que buscar fórmulas. Pura demagogia electoral. 

Y mientras que en Jerez seguimos con el debate de si saldremos o no a tal o cual acto piadoso, en la hermandad del Silencio de Sevilla aprovechan el tiempo —que no es perdido— para ofrecer a sus hermanos charlas formativas hasta que lleguen nuevos tiempos. Por eso siempre se ha dicho que en la calle Alfonso XII habita la madre y maestra. 

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