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A rienda suelta
EL jefe de sección, como todo el mundo sabe, es la piedra angular de cualquier empresa. Como su propio puesto indica, es jefe, pero apenas, lo que le permite compartir cervezas con los empleados. El papel del jefe de sección se acrecienta aún más con la llegada del verano. Tomemos por caso unos grandes almacenes. En caso de ausencia de sus superiores, el jefe de sección firma albaranes y hace pedidos, porque en realidad nadie sabe como él cómo funciona la tienda. En caso contrario, cuando faltan empleados, se pone a vender, mueve cajas o cambia un escaparate. Vamos, que el jefe de sección es un chollo. En las empresas lo saben. Si hay un cambio en la estructura o determinadas funciones no están claras, siempre se resuelve con "será competencia del jefe de sección..." tal cosa, o el más sutil "el jefe de sección velará por...". Así que, querido lector, no sé qué hace que no pone un jefe de sección en su vida: si tiene suerte incluso puede dar con uno que sepa hacer martinis.
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