Al punto

Juan Ojeda

Los monos de Gibraltar

27 de julio 2009 - 01:00

LOS monos de Gibraltar son famosos. Antes, se iba allí por el tabaco y los monos. Ahora, que lo del tabaco casi no trae cuenta, se sigue yendo por los monos y por las cuentas opacas. Y ambos dos, las cuentas y los monos, tienen mucho que ver, si nos acordamos de los monitos de la sabiduría y sus tres virtudes: ver, oír y callar. Y estos simpáticos animalitos están la mar de contentos, aunque uno de ellos le haya mordido a un periodista, cosa que sabemos que más de un humano se ha quedado con las ganas de hacer, porque han recibido la visita, nada más y nada menos, que del ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos.

Ya sabemos que Moratinos no ha ido a ver a los monos, pero ellos no lo sabían. Claro está, que tampoco es fácil saber a qué ha ido nuestro ministro a Gibraltar. Se ha dicho, eso sí, que Moratinos, dentro de las reuniones de esa especie de tripartito, entre Londres, Madrid y Gibraltar, iba a tratar el tema de las pensiones de los trabajadores españoles en la Roca, y los problemas medioambientales que acarrean esa especie de gasolineras flotantes que se montan en aguas gibraltareñas que, salvo que haya cambiado el criterio, son aguas españolas.

Seguro que se ha hablado de eso, pero de eso se viene hablando hace mucho tiempo, y se ha hecho en múltiples escenarios geográficos y políticos. Por tanto, no hacía falta ir a Gibraltar.

Vamos a ser claros, a Gibraltar se ha ido porque a Caruana, que es un mago de la tensión-distensión, se le ha puesto en sus británicos cataplines, y ha conseguido lo que en trescientos años de tira y afloja no había conseguido nadie, es decir, que un ministro del Gobierno de España acudiese a Gibraltar en visita oficial. No sabemos si alguna vez, alguno, haya ido en visita privada, a comprar tabaco o a ver los monos. Por supuesto que no a abrir una cuenta corriente, que eso no lo hacen los ministros.

Total que, en este caso, el que se ha llevado el mono al agua ha sido Caruana, que ha conseguido romper una postura de firmeza de las autoridades españolas, que se ha mantenido, independientemente del color político del partido en el gobierno. Se ha venido proclamando, unas veces a voces y otras en susurros, pero siempre igual, que Gibraltar es español y, por tanto una visita oficial del ministro de Exteriores, para una reunión tripartita, echa por tierra esa postura. Los que se reúnen son España, Reino Unido y Gibraltar, y rotan en sus respectivos territorios. ¿Es Gibraltar español? Pero bueno, todo sea por lo contentos que se han puesto los monos, los monos de Gibraltar.

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