Vía Augusta
Alberto Grimaldi
Anatomía de un bostezo
OTRA forma de gobernar. La entrevista de Jordi Évole al actual presidente de Uruguay, el pasado 18 de mayo de 2014 en el programa 'Salvados', de la Sexta, dejó constancia muy clara de que existe otra forma de gobernar a un pueblo. José Mújica, este exguerrillero, de 79 años, nos dio a los telespectadores una lección magistral de cómo hacer política desde la sencillez y total cercanía a su pueblo. Dedico esta columna a recordar alguno de los aspectos más sobresalientes de este interesante testimonio personal. Y ello con el ánimo de que tomen buena nota los gobernantes de por acá y tengan muy claritos los motivos por los que el personal está más que indignado con su comportamiento. Para empezar cambiamos los fastos de La Moncloa por una casita de campo en Las Pachecas, algo muy similar a la residencia oficial de Mújica. Nada de escoltas, nada de blindajes, nada de coches oficiales, un sueldo de 1.600 euros al mes, y una dedicación sin horas a su trabajo. Vamos, la viva imagen de lo que ocurre por estos lares. Pero lo más grande del mandatario uruguayo es que no siente el menor miedo, nadie asalta su casa, no le roban, no le insultan, no se encaran con él. No será porque tiene la conciencia muy tranquila, porque no tiene nada que ocultar. Así condensa él la clave de su acierto: "La mayor parte de las personas que componen las naciones no viven como los presidentes. Los dirigentes entran a vivir como vive la minoría y se supone que la democracia es para la mayoría. Yo vivo como vive la mayoría de mi país". Casi nada lo del ojo. Su renuncia expresa a vivir en el palacio residencial conlleva que se sigan pagando 42 sueldos a los 42 funcionarios asignados a su servicio, esto es lo que más le fastidia, no poder vender la residencia presidencial por ser patrimonio del Estado.
Y de la mano de un estilo de vida original y único viene un pensamiento no menos singular. Cuando se le pregunta por los dirigentes europeos, la respuesta es muy clara: "No veo gente inteligente en la política europea. Me quedo horrorizado, veo un tufo neocolonialista y vacío". Lo que interpretado en el contexto de la conversación equivale a decir que a los gobernantes europeos lo que les preocupa ante todo es mantener su estatus, permanecer en el puesto a costa de lo que sea, y en último lugar, si queda tiempo, preocuparse de los problemas de sus representados. Mújica da un repaso a los abanderados de la 'austeridad' como receta para salir de la crisis. De forma muy sutil señala que si fueran mentes más inteligentes ya habrían acabado con el azote de la penuria económica que padecemos.
De nota es como establece la diferencia entre las derechas conservadoras y las izquierdas utópicas. Todo un mensaje lanzado en plena campaña electoral para las europeas del 25-M. A este respecto señala: "Lo reaccionario es la patología de lo conservador. Es ir para atrás de una forma dogmática y cerrada. La patología de la izquierda es el infantilismo, la confusión permanente de la realidad con la ficción." No se puede decir más y mejor en menos palabras. Se trata de avanzar, de impulsar la conquista de lo imposible para lograr lo posible. Un estilo de vida y una forma de pensar que rompe con las convenciones, con los moldes prefijados y que se convierte en un ejemplo viviente, en un estilo insólito de practicar el gobierno de los pueblos.
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