Paniceiros

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05 de agosto 2025 - 03:05

La temprana muerte de Xuan Bello nos lleva al ajado ejemplar del libro de 2002 con el que el poeta y narrador asturiano convirtió en territorio literario la aldea en la que había nacido, Historia universal de Paniceiros, una obra fundacional que continuaría poco después en Los cuarteles de la memoria y más tarde en La historia escondida, partes de una trilogía cuya resonancia impulsó a la vez el prestigio del escritor y el de la menospreciada lengua que los modernos lingüistas –que ya no la definen como dialecto del castellano, sino como uno de los idiomas romances en los que evolucionó el latín de la península– identifican con la variante del asturleonés en la histórica región del principado. El juego entre lo local y lo universal del título, prolongado en la reproducción del célebre planisferio de Abraham Ortelius que ilustra la cubierta, es más que una ingeniosa paradoja, pues atraviesa todo el libro y le da su cualidad de originalísimo compendio en el que las evocaciones personales se alternan con episodios leídos o escuchados y personajes de otras tradiciones y literaturas. Ya en los epígrafes preliminares encontramos a Kipling, de la mano de unos musicales versos referidos a los lugares de la tierra que amamos por encima de todos, y un certero pasaje de Eugenio d’Ors: “En lo hondo, en el perdurable florecer de su prehistoria, el alma popular es en todas partes la misma”. Esta certeza, aplicable al mundo que Bello conoció de niño –la infancia es el centro emocional de su Historia– y a la cultura campesina de cualquier tiempo, o a lo que queda de ella después de que la corriente globalizadora impusiera otra clase de unidad, infinitamente más pobre, está en el corazón de un hermoso relato híbrido entre la fabulación y la memoria, de escritura fragmentaria y contenido misceláneo, con Borges y Cunqueiro como “sombras venerables”. Decía también Xenius, en la aludida cita del comienzo: “Demasiados intereses –que no son siempre intereses intelectuales, ni siquiera sentimentales– andan ligados a la falacia de las particularidades de raza, de nación, de región. ¡Cuánta política sobre el tema! ¡Cuánto discurso… y cuánto negocio!”. Algún día tendremos que dejar atrás todas esas miserias para celebrar lo que merece la pena. Gracias a Xuan Bello, el marco real pero trascendido de Paniceiros, en el concejo occidental de Tineo, un mínimo reducto de sólo unas decenas de casas y habitantes, simboliza también el universo.

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