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Religión

JOSÉ LUIS REPETTO BETES

Antiguo alumno del Colegio Lasaliano del Sagrado Corazón de Jesús

San Juan Bautista de la Salle, un grande y excelso sacerdote

San Juan Bautista de la Salle.

San Juan Bautista de la Salle.

El 7 de abril de 2019 se cumplen trescientos años del tránsito, que así llama el cristianismo a la muerte, de aquel grande y excelso sacerdote que fue San Juan Bautista de la Salle (1651-1719).

Nacido en la ciudad francesa de Reims en el seno de una familia de clase acomodada, fue educado e instruido primero ,por un preceptor privado, y luego parece que fue alumno del colegio conocido como des Bons Enfants para pasar a los nueve años de edad a la Universidad. Al escoger carrera eligió la de sacerdote. En 1667 un tío suyo le cede su canonjía en la histórica catedral de Reims, de la que varios antiguos canónigos habían llegado a papas, y de la que había sido canónigo San Bruno, el insigne fundador de la Orden de la Cartuja.

Para prepararse adecuadamente al sacerdocio, marchó a París e ingresó en el Seminario de San Sulpicio, donde le inculcaron aquella piedad y espíritu sacerdotal que conservaría toda su vida. Pero la pronta muerte de sus padres le impidió seguir en San Sulpicio hasta su ordenación sacerdotal, pues su padre moribundo lo mandó llamar y le rogó se encargara de la crianza y educación de sus numerosos hermanos menores.

Él se planteó si debía seguir para sacerdote o estudiar derecho y buscar un asiento en el Parlamento, como su padre. Lo consultó con su director espiritual que le dijo siguiera hasta el sacerdocio. Lleno de humildad estuvo cuatro años de subdiácono sin pasar al diaconado. Por fin se ordenó de diácono y el 19 de abril de 1678 se ordenó de sacerdote. Tomó como director al B. Nicolás Roland, un sacerdote diocesano que, preocupado, por el abandolno y analfabetismo de las niñas había abierto escuelas para ellas y fundado la Congregación del Niño Jesús para atenderlas. Moribundo, llamó a Juan Bautista y le pidió se hiciera cargo de su obra. Al hacerlo, Juan Bautista comprendió que también los niños necesitaban instrucción y educación.

Buscó maestros que quisieran vivir como religiosos, sin aspirar a sacerdotes, y con licencia del Arzobispo de París fundó la Congregación de Hermanos de las Escuelas Cristianas. Trabajó muchísimo; sufrió muchísimo; soportó con evangélica paciencia persecuciones y calumnias; renunció a su canonjía y repartió su herencia entre los pobres, y se abrazó a la santa pobreza. No tuvo necesidad de profesar los votos religiosos para hacer de su sacerdocio un camino derecho hacia la santidad. Fue sacerdote, sólo sacerdote y siempre sacerdote.

Maestro insigne de oración, enseñó a sus religiosos a vivir de la oración continua, y logró su anhelo de dejar su Congregación en manos de un superior no sacerdote y pudo ver el incremento que Dios daba a su obra.

Muerto en St. Yon el 7 de abril de 1719, fue beatificado por León XIII el 19 de febrero de 1888, y canonizado por el mismo Papa el 24 de mayo de 1900. Su Congregación era aprobada por la Santa Sede el 26 de enero de 1725.Tiene un santoral con numerosos santos y beatos, no pocos de ellos mártires.

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