EL Gobierno andaluz reunirá hoy al comité de alertas de alto impacto, que realiza el seguimiento de la evolución de la pandemia en la comunidad, para decidir qué nuevas restricciones se pueden implementar para frenar la propagación de la pandemia. La evolución de los ingresos hospitalarios, que supera con creces el centenar cada día, amenaza seriamente con desbordar el sistema asistencial, aunque se habiliten planes de contingencia andaluz. Son ya más de 2.200 hospitalizados, demasiado cerca de los 2.708 registrados el pasado marzo en el peor momento de la expansión del Covid-19 en la región. No queda, por tanto, más margen para reaccionar. Y el primer examen será el puente de Todos los Santos, que tradicionalmente atrae a cientos de miles de visitantes y segundos residentes de otras zonas de España. El presidente Juanma Moreno ya ha avanzado que el cierre de Andalucía está sobre la mesa. Pero si se toma esa decisión para impedir entradas exteriores, lo lógico es una determinación colegiada con todas las comunidades limítrofes y, sobre todo, en Madrid, la más renuente hasta ahora. Tampoco parece que tenga mucho sentido que la Junta mantenga activa una campaña para bonificar las estancias hoteleras, con lo que en la práctica se incita a la movilidad entre las provincias cuando todas las peticiones de los responsables públicos se dirigen en el sentido inverso. El escenario es muy complejo, de ahí las dudas y las comprensibles precauciones que hasta ahora mantiene el Ejecutivo autónomo. La hostelería, el ocio o la cultura son los sectores más castigados. Y resultan fundamentales para una economía andaluza que suma 148.000 parados más en el último trimestre, como refleja la última Encuesta de Población Activa. De ahí la complejidad de atacar posibles fuentes de contagio y preservar al máximo un motor que, si se para otra vez, causará a largo plazo tanto o más daño que la propia epidemia. Así que, ya sea con los cierres, los confinamientos, el toque de queda u otra suerte de posibles restricciones, a la Junta ahora no puede temblarle el pulso. A veces la eficacia se logra con resoluciones firmes pero acotadas en el tiempo.

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