Ernesto Romero del Castillo – Hno. Mayor de las Sagradas Cinco Llagas

“La Hermandad va a dar una respuesta contundente al tema de su paso de palio”

  • El cofrade de las Cinco Llagas repasa lo sucedido en la Madrugada, agradece el apoyo del obispo y dice que “instancias competentes me comentan que no tiene cabida la dimisión”

Ernesto Romero del Castillo ante María Santísima de la Esperanza.

Ernesto Romero del Castillo ante María Santísima de la Esperanza. / Miguel Ángel González (Jerez)

—En principio querría que expresara como hermano mayor todo aquello que quiera dar a conocer sobre los acontecimientos relacionados con la Madrugada pasada.

—De entrada, quiero tener tres agradecimientos. Primero, a mi Hermandad, por el gran apoyo recibido, y en la que quiero sintetizar toda la cantidad de hermanos que nos han respaldado y se han solidarizado. En segundo lugar al señor obispo, mi padre y pastor, por su ánimo constante y su preocupación por mi persona y por la Hermandad en los varios encuentros que hemos tenido desde Semana Santa. También a los muchos sacerdotes amigos y al delegado diocesano por su soporte. En tercer lugar me remitiría de nuevo a todos y cada uno de los agradecimientos que se indicaron en el comunicado oficial de la Hermandad, que se envió, y que de modo tan exhaustivo explicaba los acontecimientos.

Entrando de lleno en la respuesta a su primera pregunta, todo lo que he de decir en relación a la Madrugada Santa está expuesto en dicho comunicado. Y de todo lo cual tenemos sobradas pruebas testimoniales, documentales y audiovisuales. Como nos dice el Señor: “la verdad os hará libres” (Jn. 8,32). Con la verdad no se puede jugar.   

—Decía la hermandad a través de ese comunicado que la corporación salía fortalecida después de tanto respaldo obtenido tras los sucesos de la Madrugada ¿Este apoyo tan extendido ha sido la razón por la que la junta de gobierno no se ha planteado una posible dimisión?

—Paradójicamente, he de decirle que he hablado y me he reunido con muchos hermanos. Todos han mostrado cariño y ánimos de colaborar y aportar. En claro sentido de Hermandad. Tan sólo uno me ha pedido la dimisión vía whatsapp, habiendo coincidido posteriormente en un par de actos de Hermandad, y la relación ha sido estupenda, sin sacar el tema por ninguna de las dos partes. Por lo demás, ningún otro hermano me ha pedido la dimisión directamente. Instancias competentes consultadas me comentan que no tiene cabida la dimisión; todo lo contrario. El que tenga hijos, ¿echaría a alguno de su hogar porque tuviese el accidente de tropezar con una lata de pintura y derramar su contenido? A los hijos, como a los hermanos, hay que cuidarlos como los que son. Y dejarse la vida por ellos. Además, como me ha dicho nuestro querido obispo, circunstancias como estas deben servir para unir más si cabe y remar todos en la misma dirección. Lo contrario, cuando además no ha habido intencionalidad alguna de que esto suceda, puede definirse como una actitud muy poco cristiana. Todo tiene su límite. No todo vale. Los cofrades debemos movernos en otra dimensión y en otro lenguaje. Como dice el Papa Francisco en Misericordiae Vultus “Si perdonamos a quien nos ofendió y rechazamos cualquier forma de rencor o de odio que conduce a la violencia; si tuvimos paciencia siguiendo el ejemplo de Dios que es tan paciente con nosotros…”. No olvidemos las palabras de san Juan de la Cruz: “En el ocaso de nuestras vidas, seremos juzgados en el amor”. Como le he escuchado alguna vez al buen cofrade Ángel Heredia, lo que provoca escándalo es el ataque al prójimo. Y digo esto porque, tristemente, hemos descubierto que el tema de la dimisión nace a partir de una campaña orquestada por dos hermanos de la Hermandad. Hay que pedir al Señor también por ellos.

—En definitiva, ¿podría usted decirnos a qué se puede achacar o a qué se debió la supuesta falta de previsión para que se llegara a la imagen que ofreció la cofradía tras tener que volverse sin hacer estación de penitencia a la Catedral?

—En su pregunta se alude a una “supuesta falta de previsión”, pero, sin embargo, en el reportaje que usted firma el día 20 de abril titula que “La falta de previsión aboca a las Llagas al espectáculo ofrecido por el palio de la Esperanza”. En cuanto a “tener que volverse” me gustaría puntualizar tres aspectos. Primero: los cofrades de las Cinco Llagas, llegados estos casos de no poder completar la estación de penitencia, como ha ocurrido en otras ocasiones por la lluvia o amenaza de ésta, nos sentimos complacidos de antemano por la intensidad y la profundidad de la experiencia espiritual que hemos tenido la oportunidad de vivir en el interior del templo junto al Monumento. Es un testimonio que siempre le hemos escuchado a los hermanos. Como he tenido oportunidad de transmitir antes en alguna otra entrevista, esa vivencia es ideal para acompañar al Señor en la noche de su tránsito. Segundo: en su pregunta se da prioridad a la imagen dada, pero a nosotros nos importan más los hermanos, los Cristos vivos que participan en la estación de penitencia. Por esta razón recogimos la cofradía al completo: además de no dejar sola a la Virgen, los hermanos se percataban por el retraso de que algo ocurría, lo que además afectaba a su recogimiento interior, que es lo que intentamos no alterar en nuestra estación de penitencia. Y tercero: mi preocupación también era no seguir forzando ni provocar una lesión a los costaleros. A colación de todo esto me vienen a la memoria las palabras del Papa san Juan Pablo II: “Quien ama de verdad con el amor de Dios, amará también al hermano como él lo ama. Aquí radica la gran novedad del cristianismo: no puede amar a Dios quien no ama a sus hermanos, creando con ellos una íntima y perseverante comunión de amor”.

“Los hermanos han mostrado cariño y ánimos de colaborar, tan sólo uno me ha pedido la dimisión”

—Concretamente, ¿quién toma la decisión de volver al convento de San Francisco una vez entrada la cofradía en la carrera oficial?

—La toma, por supuesto, la Hermandad. Y no el Consejo, como se ha dado a entender. Nuestra relación con el Consejo es magnífica, de cariño recíproco. Hay además algunos miembros del Consejo que son hermanos de la Hermandad. Y de ahí la ayuda y comprensión que ellos mismos nos han mostrado en todo momento.

—El capataz, Álvaro Barba, declaraba en la televisión que iban a hacer la estación de penitencia completa cuando ya la cruz de guía estaba girando por el Gallo Azul ¿Hubo algún tipo de comunicación entre la dirección de cofradías y el mismo capataz en esos momentos críticos?

—Obviamente. En esos momentos críticos, y antes y después.

—¿Sabe usted con cuántos costaleros de reserva salieron tras el palio de María Santísima de la Esperanza?

—Desde hace años los pasos los sacan a la calle la cuadrilla que hace la salida. El resto de costaleros aguarda en el punto de relevo. El palio salió con la cuadrilla de salida completa.

—Ha habido comentarios de que usted, junto con otro miembro de la junta de gobierno, invitó al capataz a que firmara un comunicado entonando el ‘mea culpa’ ¿Hay algo de cierto en todo esto?

—No hay que dejarse llevar por los comentarios ni por las murmuraciones sin antes contrastarlos por todas las partes. Que la Junta obligase al capataz a entonar el mea culpa es una versión que se ha querido vender para procurar desprestigiar a la Hermandad. Esto de los comentarios ya sabemos cómo funciona. Por ejemplo: otros comentarios, con testigos presenciales, que nos llegan a nosotros aluden a dos hermanos que, tras la Madrugada, se dirigieron rápidamente al Consejo para que sancionaran a la Hermandad. Ya lo dice el libro de los Proverbios, cuyo capítulo 18 al completo viene muy al caso: “Quien quiere desunir busca pretextos…”.

“Como me ha dicho nuestro querido obispo, circunstancias como esta deben servir para unir más si cabe”

—¿Tiene previsto citar a los hermanos en un cabildo extraordinario para ofrecer una explicación? Le pregunto esto porque es vox populi en todo lugar donde haya más de dos cofrades reunidos. 

—Nadie tiene el don de la ubicuidad, por lo que, en función del círculo más o menos amplio o reducido de cada persona, puede existir una “vox populi” u otra. Esto del vox populi o del “todo el mundo dice” es algo muy curioso. Yo le podría decir que también es vox populi, por ejemplo, que un informador cofrade le tiene una tirria enorme a su Hermandad, y que además no puede disimularlo. ¿Cuál de las dos vox populi es cierta? Posiblemente las dos o quizás ninguna. Sí le adelanto que la Hermandad va a dar una solución contundente al tema de su paso de palio. Y lo hará en dos direcciones, tanto en lo estructural como en el aspecto humano. Y digo la Hermandad porque no sólo la Junta de Gobierno está trabajando en ello desde que sucediera lo de la Madrugada sino bastantes hermanos que voluntariamente han aportado ideas, y las siguen aportando. Siempre en talante constructivo. Insisto en que será una solución contundente. Los hermanos decidirán la parte que les corresponde y la Junta aquella que entra dentro de sus competencias.

—Por último, ¿Se plantea la junta de gobierno la posibilidad de contratar una cuadrilla de costaleros? ¿Tiene ya un acuerdo con algún capataz para que se haga cargo del martillo del palio de María Santísima de la Esperanza?

—Por último a mí me hubiese encantado poder contar otras realidades de nuestra Hermandad como el resultado, tan fraternal, de las tres grandes convivencias de puertas abiertas que hemos celebrado tras la Semana Santa, el proyecto formativo y didáctico para jóvenes que recibe el nombre de ‘Veritas’, el crecimiento y la participación del grupo de niños de la Hermandad y que hemos podido comprobar en la ofrenda de flores a la Virgen o en la elaboración de la alfombra, la revitalización de la causa del padre Guerrero, las reuniones y contactos que estamos teniendo con otras Hermandades y asociaciones… Pero ya lo dejamos para otra ocasión. En cualquier caso las decisiones tomadas y por tomar serán los hermanos, todos a la vez, los primeros en enterarse. 

Ernesto Romero del Castillo, hermano mayor de las Cinco Llagas. Ernesto Romero del Castillo, hermano mayor de las Cinco Llagas.

Ernesto Romero del Castillo, hermano mayor de las Cinco Llagas. / Miguel Ángel González (Jerez)

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