Palcos, ser o no ser
De frente
CUANDO Pelayo caló el melón del tema Carrera Oficial, desmontando la costumbre de asumirlo el Ayuntamiento; y cuando las hermandades tragaron por aquel “acto de fe”, ¿eran conscientes de que esto no volvería a ser lo mismo? Seguramente no lo vieron con perspectiva de futuro. Unos porque se fueron y otros por pecar de ingenuos. A día de hoy, por mucha buena voluntad que le ponga el actual gobierno local, lo cierto es que para montar la Carrera Oficial como siempre o se implica la Unión de Hermandades o veremos como queda al final. A la vista se ve que el ritmo del trabajo es el que es; que a 23 días del Domingo de Ramos queda mucho y por ahí suena que lo de los patrocinadores ha pinchado. El actual Consejo está de recogida y no se va a meter ahora en pergueñar un plan de viabilidad de cara al futuro que ponga un nuevo rumbo al tema Carrera Oficial. El político lo tiene muy fácil para enmendarse. Con decir que los dineros son los que hay y que existen otras prioridades que montar los palcos, santas pascuas. Y añadiendo -mensaje a la ciudadanía-, que la explotación del tema da muchos miles de euros a las cofradías, ya tiene ganada la partida ante la opinión pública. Qué pena que nuestra secular tradición semanasantera se vea sometida a todo esto cuando, se supone, que el orbe cofrade local es suficientemente maduro como para asumir una empresa como esta. ¿Implicación municipal?, sí. ¿Todo?, no. ¿Del todo en cuatro años a la nada ahora?, tampoco. Cuando este melón ha sido calado políticamente o te lo comes o lo compartes. Es lo que nos queda.
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