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Canarias

La Iglesia aparta a un ex cura profesor de religión tras casarse con un hombre

  • Le ha sido asignado nuevo destino pese a que el Obispado de Canarias le ha desautorizado para impartir clase.

El profesor al que el Obispado de Canarias ha retirado la confianza para enseñar religión católica tras haberse casado con otro hombre reconoce que ahora no es el "idóneo" para impartir esa asignatura y anuncia que así se lo expondrá a sus alumnos, puesto que ya le han asignado destino.

El ex sacerdote Luis Alberto González, profesor de religión durante 16 años, los últimos en Lanzarote, ha reconocido que envió en 2013 y el pasado mes de abril sendas cartas al obispo de Canarias, Francisco Cases, para comunicarle que había contraído matrimonio con un hombre, por lo que entendía que había "dejado de ser idóneo para representar la postura de la Iglesia". "Soy consciente del trabajo que tengo y pongo mi cargo a disposición para que se me despida aplicando normativa y, luego, seguiré con mi vida y buscaré otro trabajo. No tengo ningún ánimo de pleitear, simplemente expongo mi situación que es la que es y asumo las consecuencias como una persona adulta", dice González.

Sin embargo, se da la circunstancia de que la Consejería canaria de Educación le ha comunicado este mismo mes su nombramiento como profesor de religión para el próximo curso, con destino en dos centros de Lanzarote: el Instituto de Secundaria Salinas, de Arrecife, y la Escuela de Arte Pancho Lasso. Ante esa "contradicción" entre Consejería y Obispado, que él mismo reconoce, González anuncia que al comienzo del curso expondrá "abiertamente" su situación "a los equipos directivos de los dos centros y a los padres de los alumnos". "Les diré que estoy nombrado por el Gobierno de Canarias, pero no autorizado por el Obispado y que ellos decidan si los alumnos deben acudir a mis clases", explica.

En su opinión, la problemática ahora es "un debate entre la Consejería de Educación y el Obispado", de modo que, si ambos consideran que cumple el perfil adecuado para ser profesor de religión, seguirá "encantado, con mucha libertad y transparencia". Sin embargo, añade, si aplicando el derecho canónico no debe continuar como profesor, pues se va al paro "y ya está". "Me considero idóneo como profesor, pero para un área confesional y para lo que representa la postura oficial de la Iglesia he dejado de serlo y no tengo problemas en reconocerlo. Además, tengo una postura muy crítica en diversos temas con la Iglesia y, por profesionalidad, uno no va a estar en clase sembrando discordia", añade el docente.

Luis Alberto González cree que si su asignatura fuera un área con un carácter informativo sobre las religiones y creencias, que es su especialidad, sí encajaría, pero si la Iglesia espera que un profesor de religión sea un mero transmisor de lo que dice el Vaticano, pues no se considera adecuado. "Entiendo y estoy de acuerdo con el derecho canónico y sé que al obispo le corresponde velar por que el profesor de religión viva de acuerdo con la moral y la doctrina de la Iglesia y, aunque está habiendo cambios, una cosa es que no se juzgue y se acoja al homosexual como una desgracia a desterrar y otra es que permita a un docente una relación homosexual estable y pública", agrega González.

El profesor destaca que, con el Papa Francisco está sonando "otro talante" en la Iglesia, centrando los asuntos no tanto en la moral sino en la persona, atendiendo a los valores del Evangelio de solidaridad, pero cree que eso no significa que se pueda aceptar su posición, porque "ya ha habido despidos por simplemente estar divorciado y rehacer la vida con otra pareja heterosexual".

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