Sociedad

El pederasta escucha los interrogatorios de sus víctimas desde una sala contigua

  • Los testimonios son grabados para ser proyectados en un futuro juicio. El detenido participa por segundo día en una rueda de reconocimiento en la que podrían haber surgido dudas.

El presunto pederasta de Ciudad Lineal, Antonio Ortiz, está conociendo de primera mano el relato que ofrecen sus víctimas durante las exploraciones a las que se les está sometiendo, dado que en cada interrogatorio se le está subiendo desde los calabozos a la planta cuarta para que pueda oír sus versiones desde una sala contigua, informaron fuentes jurídicas.

Un furgón de la Guardia Civil trasladó a primera hora de la mañana de ayer al presunto agresor sexual desde la prisión de Soto del Real a los juzgados de Plaza de Castilla. Allí fue sometido a la segunda jornada de ruedas de reconocimiento, de cuyo contenido sólo trascendió que podrían haber existido dudas.

Tras las ruedas de identificación, que continuarán hoy, se sometió a dos de sus víctimas a una exploración -interrogatorio en el caso de los adultos-, cuyo contenido se grabó en vídeo para que queden como prueba preconstituida. Esta modalidad se realiza para que los menores inmersos en un proceso judicial como víctimas no tengan que acudir a declarar a un posible juicio para evitar el mal trago que supondría.

Las víctimas que acudieron a los juzgados son la menor de origen chino que fue secuestrada en junio junto a la tienda que regentan sus padres en Ciudad Lineal. La otra se trataría de la niña que a punto estuvo de secuestrar presuntamente Antonio Ortiz en Coslada en agosto. El lunes ofrecieron sus versión tres víctimas y un testigo.

Durante la mañana de ayer, el presunto pederasta habría subido en dos ocasiones a la sala de audiencias del Juzgado de Instrucción número 10 de Madrid. Desde primera hora, los funcionarios colocaron varios biombos para impedir que la prensa pudiera conocer los detalles de lo que estaba pasando. También varios agentes de la Policía Municipal estuvieron presentes en los pasillos durante toda la diligencia judicial para ayudar en la tarea de evitar que los periodistas se acercaran a la zona de la práctica de la prueba.

Fuentes jurídicas explicaron que la ley establece que, cuando se trata de una prueba preconstituida, el imputado tiene derecho a oír la declaración que se aporte, siempre y cuando se evite la confrontación visual con las menores. Este tipo de pruebas siempre se graba de cara a su proyección en un futuro juicio. En este caso, al parecer Antonio Ortiz habría escuchado el relato desde una sala contigua.

Además, como en otros casos, asistió a las exploraciones un equipo psicosocial que valorará la credibilidad de la versión que estén ofreciendo las menores.

Este tipo de pruebas se realizó, por ejemplo, en el caso del profesor del colegio Valdeluz acusado de la comisión de varios delitos de abuso sexual. En esta ocasión, el imputado decidió no asistir.

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