El sector turístico de la provincia de Cádiz constituye uno de sus pilares económicos. Esta zona ofrece experiencias únicas para el visitante al ofrecer distintas vertientes turísticas más allá del sol y playa, como historia (Cádiz, una de las ciudades más antiguas de Occidente), cultura (Flamenco, carnaval, semana santa, ferias) o gastronomía como los vinos en la zona de Jerez de la Frontera – Sanlúcar o el atún rojo en Barbate. Posee una variedad paisajística única que abarca desde sus playas de la Costa de la Luz, siendo una potencia en surf y deportes acuáticos, hasta la Sierra de Grazalema, uno de los sitios más lluviosos de España y un destino clave en el turismo rural. No se debe olvidar el auge de sectores incipientes como pueden ser las visitas a las salinas de Chiclana.

Según el Registro Estadístico de Turismo de Andalucía, atendiendo a su demanda turística, en 2022 fue la segunda provincia andaluza que más turistas recibió (5.441.592, por detrás de Málaga), en lo que supone un crecimiento del 8,24% con respecto a 2019, año previo a la pandemia. En 2022 Cádiz tuvo el mayor gasto diario por turista (84,53 €), superior al registrado en 2019 (77,15 sin tener en cuenta la inflación). Con respecto a la oferta turística, es la segunda provincia andaluza con más plazas hoteleras en 2022 (42.464, un 6,64 % más que en 2019) sólo por detrás de Málaga.

Ante este planteamiento general, el sector turístico gaditano se enfrenta a desafíos que afectan a su crecimiento. En primer lugar, la dependencia del turismo de sol y playa puede ser arriesgada, sobre todo ante situaciones como la pandemia, que hace que la provincia sea más sensible a elementos externos como el clima y la competencia con otros destinos. Esto implica que la estacionalidad veraniega sea otro reto importante, presionando sobre las infraestructuras locales y el empleo temporal.

Además, en un entorno natural como el que nos ocupa, la sostenibilidad ambiental se ha convertido en una cuestión de primer orden, sobre todo en áreas protegidas como el Parque Natural de la Breña y Marismas del Barbate o Doñana. El turismo sostenible debe jugar un papel importante en la defensa de la biodiversidad para minimizar sus impactos en el medio ambiente.

A pesar de las mejoras en la infraestructura turística, la demanda en temporada alta puede exceder la capacidad de alojamiento, transporte y servicios, afectando a la calidad en la experiencia turística. Se debe recordar que aún teniendo un aeropuerto internacional en Jerez de la Frontera, éste resulta pequeño ante la demanda turística existente. Además, la provincia no tiene conexión de alta velocidad, sin obviar la deficiente red ferroviaria en el Campo de Gibraltar, que no aprovecha la potencialidad del Puerto de Algeciras, uno de los más importantes de Europa.

Ante esta perspectiva, la cooperación público-privada será clave para planificar estrategias globales y sostenibles, fomentando la inversión, la innovación, la digitalización y la creación de empleo que contribuyan al desarrollo del sector y de la sociedad gaditana en general. Se debe fomentar la diversificación turística, mejorando la calidad de servicios y promoviendo su sostenibilidad medioambiental. Se requiere una estrategia de promoción que resalte los atractivos únicos y fortalezas de la provincia que hagan de la visita una experiencia única para el visitante en comparación con otras regiones competidoras.