Anuario de Turismo 2024

Níjar, un destino de película

Alcalde y concejal de turismo de la Villa de Níjar.

Alcalde y concejal de turismo de la Villa de Níjar. / D.A

Nunca resulta exagerado calificar a Níjar como un “superpueblo” si lo que tratamos es definir con precisión la rica variedad de la oferta turística que podemos disfrutar en este espectacular rincón almeriense.

En efecto, en el amplio término municipal nijareño —hasta 600 kilómetros cuadrados de superficie—encontramos mil y un contrastes que, cada año, sacian los deseos de cientos de miles de turistas.

Es sabido que no sólo de pan vive el hombre, del mismo modo que no sólo de las espectaculares playas del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar viven los nijareños. Por supuesto que las playas y calas del Cabo suponen el reclamo local más conocido, el mismo que logra atraer visitantes procedentes de todo el planeta. Pero en Níjar hay mucho más por descubrir.

Sin ir más lejos, la propia Villa de Níjar es, en sí misma, un destino de paso obligado para los amantes del turismo rural. No en vano, forma parte del selecto club de ‘Los Pueblos Más Bonitos de España’, un logro obtenido gracias a sus hermosas calles y plazuelas, una bucólica belleza que no deja indiferente al visitante, así como a su rica gastronomía, a su excepcional clima, a sus gentes hospitalarias y, cómo no, a su artesanía ancestral.

De hecho, los artesanos de Níjar son un atractivo turístico más, y nos ofrecen productos manufacturados de cerámica, jarapa y esparto que se exportan por toda España e, incluso, por países como Holanda o Reino Unido.

Además, podemos visitar a algunos de estos maestros artesanos trabajando en sus talleres y conocer in situ cómo, mediante técnicas transmitidas de generación en generación, consiguen dar forma a esos codiciados productos que tan buena fama han adquirido, y que hacen de la artesanía de Níjar uno de los principales fuertes en lo que a turismo cultural se refiere.

El casco histórico de la Villa nos brinda estampas bellísimas, enriquecidas además con ese sutil toque de magia y encanto que le dan sus tradiciones artesanas, donde se nos invita a perdernos por barriadas cautivadoras, como el barrio del Portillo y el barrio de la Atalaya, que recogen toda la esencia andalusí de Níjar.

De bellísima factura es también la iglesia, del siglo XVI y estilo mudéjar, donde destaca el espectacular techado de madera, y que fue construida durante el reinado de Carlos I. En ella se puede observar su escudo en la torre-fortaleza, así como el reloj, que es el original.

A todo lo anterior hay que sumar que Níjar no es ajena al auge del turismo rural que se viene produciendo de un tiempo a esta parte, de modo que cada vez son más los alojamientos rurales con encanto que proliferan de un tiempo a esta parte, ya sea en la Villa, ya sea en los aledaños de otros núcleos, como Rodalquilar, el Pozo de los Frailes, Huebro, o Los Albaricoques.

Y hablando de Los Albaricoques, toca hablar de cine. Porque en esta localidad nijareña se han rodado más de un spaguetti western de esos que todo el mundo ha visto aunque sea una vez en su vida.

Y para muestra, unos pocos botones: ‘La muerte tenía un precio’ de Sergio Leone, con el duelo entre Clint Eastwood y Lee Van Cleff, así como las otras dos películas que conforman la denominada Trilogía del dólar, a saber: ‘Por un puñado de dólares’ y ‘El bueno, el feo y el malo’. También aquí se rodó ‘Tepepa’ con el gran Orson Welles, y ‘Los cuatro salvajes’ o con Anthony Steffen, por citar sólo dos ejemplos.

Pero como decíamos al principio, el término municipal de Níjar es muy extenso, y en sus dominios se han rodado otras muchas legendarias películas, que han visto en sus paisajes platós naturales de cine exclusivos en todo el mundo.

Que se lo digan a Steven Spielberg, que rodó en la playa de Mónsul la mítica secuencia de ‘indiana Jones y la Última Cruzada’ en la que Sean Connery derriba a un avión nazi espantando a una bandada de gaviotas ante la atónita mirada de Harrison Ford. Y por no extendernos demasiado, en éstos y en otros enclaves nijareños se han rodado parte de títulos como ‘Sierra Maldita’, ‘Lawrence de Arabia’, ‘Cara a cara’, ‘El día de la ira’, ‘Patton’, ‘Agáchate, maldito’, ‘Marco Antonio y Cleopatra’, ‘El hombre que perdió su sombra’...

En resumen: Níjar es un destino de película, pues atesora paisajes y enclaves de cine que nadie debería dejar de descubrir. Y sin dejar de lado que esa vertiente de turismo más cultural se ve reforzada cuando esos lugares mágicos se sazonan con monumentos y edificios históricos, como pasa con El Cortijo del Fraile, con la torre de los Alumbres, con el Faro de Cabo de Gata, con el castillo de San Felipe, con los molinos de Fernán Pérez, o con el poblado minero de Rodalquilar.

“Somos plenamente conscientes de que en Níjar contamos con un potencial inmenso a la hora de atraer visitantes más allá de la oferta de ‘sol y playa’, pues tenemos historia, cultura, artesanía naturaleza y encanto rural, y nuestra tarea es potenciar todo eso al mismo tiempo que generamos una agenda atractiva durante todo el año”, ha explicado el alcalde de Níjar, José Francisco Garrido.

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