Fruit Logística 2024

Anove, un eslabón de una cadena que está pendiente de las elecciones europeas

Anove forma parte de un sector que mira con esperanza las nuevas estrategias que se adoptarán a nivel europeo.

Anove forma parte de un sector que mira con esperanza las nuevas estrategias que se adoptarán a nivel europeo.

Estamos empezando un año en el que el sector obtentor de nuevas variedades vegetales está especialmente pendiente de lo que ocurre en Europa. Está inmerso en dos procesos regulatorios claves para el futuro del sector que se verán afectados por la convocatoria de las elecciones europeas que tendrán lugar del 6 al 9 de junio. El proceso de convocatoria y la conformación de la nueva Comisión y del Parlamento Europeo conllevará importantes retrasos en el desarrollo de los procesos regulatorios, pero también una cierta incertidumbre por los posibles cambios de orientación que puedan resultar de las nuevas formaciones de ambos órganos.

Los acontecimientos que se están viviendo estos últimos meses, con declaraciones de la propia presidenta de la Comisión impulsando un dialogo estratégico sobre la agricultura en la UE, las tensiones del sistema agroalimentario derivadas de conflictos geopolíticos, los incrementos de costes y las manifestaciones de los agricultores en varios países comunitarios, hacen pensar en posibles cambios en el planteamiento de estrategias como Farm to Fork que no se conocerán hasta, posiblemente, final del año.

En cuanto a las dos propuestas legislativas, se trata de dos propuestas de reglamento que afectan a dos cuestiones esenciales para el sector: la regulación de determinadas técnicas de edición genética (NGTs), y el marco normativo para la producción y comercialización del material vegetal de reproducción (PRM). La propuesta de regulación de las NGTs propone regular los productos obtenidos por estas técnicas (mutagénesis dirigida y cisgénesis) en plantas, de manera que no caigan en el marco actual de los conocidos como OGMs ya que los cambios que se introducen no incorporan ADN de otras especies, y los cambios que generan podrían haberse obtenido de forma espontánea en la naturaleza.

Estas herramientas suponen un avance muy significativo en los procesos de mejora, hasta el punto de que fueron merecedoras en 2020 de un Premio Nobel de Química que recayó en las investigadoras Emmanuelle Charpentier de la Unidad Max Planck para la Ciencia de los Patógenos (Alemania) y Jennifer A. Doudna de la Universidad de California en Berkeley (EE UU), si bien se basaron en una investigación del científico español Francis Mojica de la Universidad de Alicante. Él fue el que introdujo el término CRISPR (Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats, repeticiones palindrómicas cortas agrupadas y regularmente espaciadas) y describió en los años 90 las secuencias repetidas CRISPR en arqueas de las salinas de Santa Pola. Las galardonadas, aplicando lo investigado por Mojica, descubrieron una de las herramientas más afinadas de la tecnología genética: las tijeras genéticas CRISPR/Cas9, con las que se puede cambiar el ADN de animales, plantas y microorganismos con enorme precisión.

Sobre esta propuesta, a pesar del fuerte impulso del ministro de agricultura en el turno de la presidencia española, no se consiguió alcanzar un acuerdo en el Consejo de Ministros de Agricultura de la UE. En el ámbito del Parlamento Europeo el debate avanzó a un mayor ritmo, aunque aún quedan dudas de si se conseguirá disponer de un reglamento antes de las próximas elecciones.

El otro proceso regulatorio se trata de una propuesta de reglamento que sustituya a las directivas que están actualmente en vigor, tratando de unificar criterios y procedimientos para la producción y comercialización del material vegetal de reproducción de todas las especies reguladas. Se trata de un reglamento muy complejo técnicamente y cuya negociación se demorará hasta bien entrada la siguiente legislatura.

El material vegetal de reproducción es el primer eslabón de la cadena de producción agroalimentaria y, por tanto, de su nivel de innovación dependerá el resultado de las cosechas obtenidas. Según un reciente estudio desarrollado en nuestro país por el Insitut Cerdá (https://www.icerda.org/es/publicaciones/), la aplicación de la estrategia europea Farm to Fork supondría una reducción de los rendimientos agrícolas de un 15% de media si no se toman medidas adicionales y compensatorias. Las respuestas son diversas, apuntan a todos los eslabones de la cadena agroalimentaria y todas ellas seguramente contienen parte de la solución.

Pero habrá que tener en cuenta que el incremento de rendimiento de la producción alimentaria en los próximos años no podrá basarse tanto como hasta ahora en la aplicación de mejoras “as usual” en las técnicas agronómicas clásicas, dada la necesidad de producir más con menos recursos. La mejora en los rendimientos deberá basarse particularmente en las nuevas tecnologías aplicadas en el eslabón primero de la cadena, es decir, la producción de semillas y la mejora vegetal para disponer de plantas más adaptadas a todos estos nuevos condicionantes y con menos insumos. Para ello es esencial poder disponer de las técnicas de edición genética que contempla la propuesta de la UE. Con estas técnicas es posible además acortar el periodo de obtención de una nueva variedad desde los 10-15 años actuales a apenas 4-5 años.

España, referente en innovación

España es un referente mundial en I+D+i en obtención de nuevas variedades, y en los más de 60 centros de investigación diseminados por España de nuestras entidades asociadas se investiga en cientos de nuevas variedades. Con una facturación de en torno a 1.000 millones de euros, reinvierte en torno a un 15-20% de la misma en I+D+i y es capaz de generar un valor añadido bruto anual de 1.000 millones de euros en España. Como cualquier actividad relativa a la I+D+i requiere entornos estables o predecibles que permitan gestionar las inversiones de forma eficaz y segura.

Elena Sáenz, directora de la Asociación Nacional de Obtentores Vegetales. Elena Sáenz, directora de la Asociación Nacional de Obtentores Vegetales.

Elena Sáenz, directora de la Asociación Nacional de Obtentores Vegetales.

Para poder desplegar toda la capacidad del sector, altamente regulado, es necesario contar con un marco normativo y un sistema ágil en las administraciones públicas que permitan alcanzar la máxima eficacia para poner a disposición de los productores semillas y plantas libres de plagas y enfermedades, de alta calidad y que incorporen la mejor tecnología disponible. Esta actividad requiere un fluido movimiento internacional de material vegetal, tanto para el desarrollo de los programas de investigación como para la producción y tratamiento del material vegetal de reproducción, y los entornos complejos y cambiantes, como los actuales requieren un gran esfuerzo para superar las restricciones tanto a nivel logístico como fitosanitario. Desde Anove trabajamos continuamente con las administraciones públicas para mejorar los procesos y en 2024 este objetivo seguirá estando muy presente.

Desde Anove seguiremos trabajando para conseguir desarrollos legislativos que hagan posible aportar soluciones lo antes posible a los retos actuales. Desde el sector obtentor se trabaja intensamente para afrontar los efectos del cambio climático, que en España nos está sometiendo a una sequía sin precedentes sobre todo en la zona de Cataluña. Preparar a las plantas para que se defiendan por sí mismas de plagas y enfermedades, que con la globalización se mueven de un extremo a otro del planeta en cortos espacios de tiempo, es una de las líneas prioritarias de investigación. Tampoco se olvidan las necesidades del consumidor, los nuevos tipos de familia, los cambios en los hábitos de la alimentación, y el interés por una dieta saludable que incluya productos frescos y variados.

Seguiremos trabajando para estar muy cerca, y atentos a todas las necesidades que surjan desde el sector productor, la industria agroalimentaria, la distribución y los consumidores.

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