Timos en la calle

Íker Jiménez también ha sido estafado con un falso cáncer

Carmen Porter e Íker Jiménez

Carmen Porter e Íker Jiménez

A raíz del caso de Guillermo Valadés en la cadena COPE que promovió entre sus compañeros de Tiempo de juego que le sufragaran un tratamiento contra el cáncer que se ha revelado como inexistente, las falsas enfermedades han sido un método habitual de estafa utilizando así el buen corazón de los donantes, normalmente asaltados y con poca información, dejándose llevar por conmovedores (e imaginarios) relatos.

Lo de Valadés va a poner en guardia aún más los casos dudosos de asistencia y ya hay una veterana trayectoria de falsas enfermedad. Fue el caso de Paco Sanz, que aseguraba tener miles de tumores que le habían puesto contra las cuerdas y reunió cientos de miles de euros organizando incluso eventos benéficos. José Mota o Santiago Segura fueron algunos de los rostros populares que habían dado la cara y la cartera por Sanz.

Junto a lo de Valadés ha habido casos parecidos. Íker Jiménez recordó en el espacio Horizonte, en Cuatro, de la semana pasada, cómo un individuo que se hacía pasar por cámara de televisión en paro se acercaba a los famosos para pedirles dinero en un drama familiar inventado.

Jiménez y su esposa, Carmen Porter, recuerdan cómo fueron asaltados en la calle por este falso cámara que pillando detalles indeterminados hacían dudar a los responsables de Cuarto Milenio de si habían trabajado o no con él. Eran tan razonables sus datos que aceptaron así el resto del relato de una mujer enferma, una situación laboral desesperada y que no podía siquiera comprarle un juguete a su hija, también hospitalizada. Un dramón que daba para varios seriales de sobremesa.

Íker y Carmen quedaron emocionados con la verosímil narración y aceptaron darle un buen donativo. Se vieron abrumados, un drama así ante su buena situación económica, que finalmente decidieron darle al falso compañero todo lo que llevan encima.  "Su discurso estaba muy bien enhebrado", admitía con sorpresa Iker Jiménez, al haber caído como un incauto. "Se nos cayó el alma a los pies, le dimos todo lo que llevábamos encima", justificó Carmen Porter sobre la respuesta a un evidente timo cuando se analiza más detenidamente lo sucedido.

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