MIRANDA, hecho un torerazo ayer en Navalcarnero, con una novillada fuerte de Pallarés y jugándose el tipo con un primer novillo muy complicado y completando una gran faena a su segundo. Otra plaza donde Miranda deja sembrado un gran cartel, y ya son varias las que han visto al onubense plantar sus reales sobre el albero. Un triunfo que sabe a importancia, muy cerca de Madrid y, sobre todo, con novilladas muy fuertes y de hierros que piden credenciales de torero. Ayer, además, volvió a encontrar ese sitio magnífico con la espada y, desde luego, su contundente triunfo le pone de nuevo en boca de los aficionados. Cruza el nombre de David de Miranda la geografía nacional de un lado para otro, anunciado en ese ir y no parar de una temporada que pareció ser más comedida en las previsiones iniciales de los hombres del torero que en la realidad que se presenta, ya que intenso ha sido ese tráfico de estos días en los que el de Trigueros ha cumplimentado actuaciones en Bayona, Valdilecha, Arganda; ayer, como ya queda dicho, en Navalcarnero y hoy, de nuevo, otra vez a la francesa feria de Arles, donde tiene compromiso ante ganado de varios hierros, entre ellos, con algunos de esos ejemplares de Cocha y Sierra que no hace mucho se criaran en tierras de San Bartolomé.

Fuerte la temporada de Miranda, más aún si se tiene en cuenta que está lidiando novilladas muy serias de cara y de kilos. Toda una prueba que, a pesar del fallo a espadas que le privó del triunfo en Bayona y Arganda del Rey, le han reconocido los públicos en sus faenas, en las que David ha dejado constancia de poseer un estilo propio que no duda en exhibir ante cualquier oponente y cosechando una nueva salida a hombros en Valdilecha frente a los de Rocío de la Cámara.