Toros

No hubo corridas de toros en el Cádiz de las Cortes durante el asedio francés

  • La primera tarde taurina en la Plaza Nacional fue en 1813, cuando el ejército napoleónico ya había levantado el sitio, y en marzo de 1814 se celebró el primer festejo de aniversario de la Constitución

No hubo toros en el Cádiz de las Cortes durante el asedio francés, entre el 5 de febrero de 1810 y el 24 de agosto de 1812. Se ha repetido la especie de que se daban corridas pese al acoso por tierra del enemigo e incluso se fabula que los toros se traían por barco de noche, para burlar el bloqueo. Bien contado pero falso. Cuando los franceses llegaron ya no había coso en Cádiz y lo poco que quedaba del edificio estaba en ruinas: desde 1805 no había festejos.

En 1811 William Jacob -un diplomático y comerciante que se espanta del olor a ajo y aceite de la España de entonces- publicó en Londres, en una imprenta de la periodística Fleet Street, sus impresiones de su viaje por nuestro sur entre 1809 y 1810 y describe una corrida, pero en El Puerto.

También estuvo en Cádiz en 1809 Lord Byron y describe una corrida pero todo apunta a que fue la misma que presenció Jacob en la plaza que entonces había en El Puerto ya que se comenta en la edición de Benjamín Laroche de su obras completas que fue en el verano de 1809 en El Puerto.

En 1810 el Rey José I Bonaparte estuvo en los toros, también en El Puerto. Ya quisiera haberlos visto en Cádiz. Según el compilador y comentador de su correspondencia, Du Casse, fue la primera vez que el hermano de Napoleón vio una corrida. Du Casse escribió que fue en primavera pero hemos encontrado la fecha: fue el 18 de febrero. Bonaparte fue andando desde su alojamiento hasta la plaza, acompañado de numeroso público, y ocupó un palco dispuesto al efecto con toda su corte, teniendo a su lado al corregidor Marqués de Casa Tremañes. La plaza estuvo muy concurrida y el rey repartió la carne de los toros entre los lidiadores y el hospital.

Las Cortes celebraron su última sesión en Cádiz el 14 de octubre de 1813 y desde San Fernando, el 29 de noviembre de 1813, salieron para Madrid. No volvería el cuerpo legislativo a Cádiz, de nuevo a San Felipe, hasta 1823.

Mientras, en Cádiz, un militar de caballería, Francisco de Laiglesia y Darrac -poeta y dramaturgo y que dejó para el arma un manual de equitación, con un hermano en la Armada que murió en combate en las costas de Venezuela- fue el promotor de la fiesta en el Cádiz sitiado. En 1811 solicitó construir una plaza a su costa para funciones ecuestres, corridas de novillos sin muerte y bailes nacionales. La polémica sobre la autorización o no, y por tanto sobre la celebración de corridas que se desató en la ciudad con las posturas controvertidas del Ayuntamiento y las Cortes, con la Regencia por medio, exceden del contenido de este artículo. Baste decir que dio pie a que el diputado catalán Antonio Campmany y Montpalau defendiera el carácter "nacional" de las corridas y que Laiglesia levantó por fin la plaza. Se anunciaron por vez primera festejos taurinos para febrero de 1813: los franceses se habían ido en agosto del año anterior.

¿Cómo eran aquellas corridas? Según el testimonio de Noah una compañía de soldados, lentamente, despeja el ruedo al toque solemne del tambor y tras exhibir la marcialidad de su instrucción, la tropa sube a los tendidos buscando acomodo. El Ayuntamiento, los ediles tocados de sombreros de tres picos, ocupa un palco; el gobernador otro y la banda de música toca aires nacionales.

El festejo comienza con un manifiesto de los toros precedidos de un cabestro y arreados por un vaquero y tras el paseíllo: cuatro picadores, seis banderilleros y un matador, comienza la corrida destacando nuestro testigo americano las banderillas de fuego, las mulillas y el espectáculo del público haciendo flamear los pañuelos. Igual que hoy, se despiezan de inmediato las reses, entonces "para su venta a los pobres a precio reducido".

Otro testimonio es la hoja suelta "Acaecimientos ocurridos en la plaza de toros en la corrida del 19 de marzo de 1814 en celebridad del aniversario de la constitución de la Monarquía Española" de la Imprenta Tormentaria y que parece que también se publicó en Diario Patriótico de Cádiz el 22 de marzo de 1814, la crónica taurina más antigua del Siglo XIX y la segunda de la historia.

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