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Análisis 'A Plague Tale: Innocence'

Una imagen del juego.

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Asobo Studio podría considerarse como una de esas compañías que, sin hacer demasiado ruido y excepcionalmente conocida, han aportado su granito de arena de forma clara en la industria. Superproducciones como Quantum Break o ReCore son, de hecho, algunos de los proyectos en los que el estudio francés se ha visto involucrado, aunque de forma complementaria. También han hecho sus pinitos dentro del proyecto HoloLens, las gafas de realidad aumentada de Microsoft, y, ahora, se atreven con una producción propia que, advertimos desde este momento, no dejará indiferente a nadie.

A Plague Tale: Innocence es, desde lejos, el videojuego en el que se centran todas las miradas a la hora de valorar al estudio. Es una de las primeras creaciones de la desarrolladora en solitario y  además tiene la intención de tocar la fibra sensible del jugador, sobre todo teniendo en cuenta que utiliza un marco histórico poco explorado dentro de la industria del videojuego: la Europa del  siglo XIV.

La Guerra de los Cien Años y la denominada Muerte Negra son el telón de fondo para explicar la historia de dos hermanos acomodados que, de un día para otro, ven cómo el mundo se desmorona a su alrededor. ¿Preparados para sumergiros en una de las historias más humanas y crudas de la generación? Empezamos.

Una imagen del juego. Una imagen del juego.

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Linaje de sangre

Lo primero que diremos de este A Plague Tale: Innocence es que gran parte de su encanto reside en la trama argumental. A la Guerra de los Cien Años y la peste negra se le suma la Inquisición, que busca a Hugo de Rune, el hermano pequeño de los dos personajes protagonistas de la aventura. Principalmente, nosotros encarnaremos a Amicia, la hermana mayor -aunque también menor de edad-, que tendrá que ingeniárselas para escapar tanto de la Inquisición como de las miles de ratas que iremos viendo en cada nivel.

Sin pretensión de destripar ningún elemento de la historia, únicamente diremos que, tras un ataque británico, Amicia y Hugo huyen del castillo en el que residen para buscar una fórmula que retrase la enfermedad que el pequeño de los hermanos porta en la sangre. A partir de aquí, multitud de personajes aparecerán en escena, aportando su granito de arena en una de las historias más crudas e impactantes que hemos podido disfrutar durante este año.

Y es que el videojuego se plantea por capítulos. Los primeros son claramente introductorios, presentándonos la base de lo que será su jugabilidad. Nos olvidamos por completo de la acción desmesurada para dar paso a un sistema que juega muy bien con el sigilo, las distracciones y las trampas. Amicia va armada con una honda, sí, pero ésta hace mucho ruido y es ineficaz contra los soldados armados. Aquel jugador que busque en A Plague Tale: Innocence un videojuego de acción va llevarse una decepción, pues el título reniega de la violencia gratuita para darle un toque mucho más humano.

Tráiler 'A Plague tale: Innoncence'

El fuego purifica

Dentro de esta vorágine que mezcla la sangre imperial con los escurridizos hermanos se encuentra, por suerte, otro de los elementos principales de la aventura: las ratas. Éstas son increíblemente poderosas en su conjunto, y por supuesto no dudarán en comerse cualquier pieza de carne si tienen la más mínima ocasión. ¿Cómo combatirlas? Pues con algo que las espanta por igual: el fuego.

De hecho, el fuego será nuestro principal aliado no sólo para hacer frente a las ratas, sino también para acabar con algunos de nuestros enemigos ingleses. Por ejemplo, si un guardia está con un candelabro explorando una zona por la que queremos pasar, podremos utilizar nuestra honda para acertar en la candela y, así, hacer que las ratas lo devoren en un santiamén. La obra utiliza este tipo de estrategias frecuentemente, y no sólo con humanos, regalándonos algunas de las escenas más tristes y angustiosas del año.

Por otra parte, a medida que vayamos avanzando en la aventura tendremos acceso a nuevas mecánicas, que expanden las posibilidades de Amicia hasta cierto punto y hacen que el desarrollo de la aventura no caiga en la monotonía. Recogiendo materiales y mejorando nuestro equipamiento tendremos acceso a nuevos proyectiles, que, por ejemplo, obligan a los soldados a quitarse la protección craneal; o también otro proyectil que hace que las ratas se arremolinen en un punto determinado del mapa. Es decir, que tendremos cierto margen para poder solucionar los puzles, pero siempre teniendo en cuenta que las mejoras son dentro del plano defensivo y no ofensivo.

Una imagen del juego. Una imagen del juego.

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Una recreación brillante

Hay que dejar clara una cosa: A Plague Tale: Innocence es un videojuego que nos ha sorprendido no sólo por sus mecánicas, alejadas de los cánones más manidos de la industria, sino por el buen hacer del estudio a la hora de presentar una historia adulta y sin cortes. Y no sólo hablamos de la trama argumental, sino también de la tecnología empleada para presentarnos en pantalla tanto los paisajes franceses como los enjambres de ratas que nos acechan en cada esquina.

Tanto los protagonistas de la aventura como los personajes secundarios cuentan con una recreación excelente. Los entornos, a su vez, son capaces de transportarnos hacia el siglo XIV sin despeinarse: un pequeño poblado francés, con sus estructuras de piedra y sus casas bajas marcadas por la peste son un ejemplo perfecto. Sin embargo, lo que nos ha gustado más de la aventura ha sido cómo el hilo argumental va en consonancia con lo que aparece en pantalla: A Plague Tale: Innocence no vacila en absoluto en mostrarnos escenas de lo más crueles, pero sin ser gratuitas.

Un ejemplo de ello es un momento en el que debemos utilizar a un cerdo como cebo para pasar por un entorno lleno de ratas. Con las lágrimas de Hugo y la sensación de estar haciendo lo correcto de Amicia, el videojuego explora las contradicciones entre sobrevivir a costa de los demás mostrando en pantalla una interpretación de la peste negra que, insistimos, se quedará marcada en la retina del jugador.

Por otra parte, contamos con un sobresaliente apartado sonoro. En primer lugar, tenemos una serie de piezas que van acompañándonos durante la aventura y que, principalmente, son partituras interpretadas por instrumentos de viento. Nos dejamos de composiciones complejas con varios instrumentos para dar paso a una banda sonora minimalista, ideal para recorrer los pasos de los hermanos y ponernos en tensión en todo momento. El otro punto fuerte del plano audiovisual son sus sonidos, que recomendamos encarecidamente disfrutarlos con unos buenos auriculares para una mayor inmersión. El doblaje, en inglés, está a gran altura, con subtítulos localizados en nuestro idioma.

Una imagen del juego. Una imagen del juego.

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Conclusiones

A Plague Tale: Innocence es un videojuego que recomendamos encarecidamente. Sin revolucionar en el plano jugable, aunque sí introduciendo mecánicas inteligentes para hacer frente a las amenazas enemigas, la obra se alza como uno de esos títulos que, sin ningún tipo de duda, dejarán huella dentro del jugador. La trama adulta, la relación entre los hermanos, el acecho de la Inquisición y la espectacularidad con la que algunas escenas se muestran en pantalla harán que más de un jugador se encoja y se pregunte cómo fue la Europa del siglo XIV.

Por desgracia, y éste es uno de los puntos negativos del juego, la obra no tiene ningún tipo de rejugabilidad más allá de conseguir los objetos coleccionables de turno, por lo que, una vez completada la trama argumental poco o nada habrá que hacer más aparte de completar los logros. Eso sí, esperamos que el estudio haga honor al nombre del título presentando nuevos A Plague Tale sin la inocencia de Hugo como protagonista. ¿Quizá un capítulo desde el punto de vista de la Inquisición? Quién sabe.

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