Comité de bienvenida con orgullo

Algo más de sesenta aficionados recibieron al Xerez Deportivo en el aparcamiento de Preferencia de Chapín la madrugada del lunes, cuando el equipo arribó a nuestra ciudad cerca de las tres de la mañana. Los incondicionales, la mayoría jóvenes aunque también había xerecistas de todas las edades, recibieron al autobús de la expedición con gritos de apoyo y mostrando con orgullo bufandas y banderas azulinas, y Gorosito y Monterrubio fueron los que más cánticos recibieron. Obvio es decir que el entrenador a favor y el director deportivo -que no venía en el autocar del equipo ya que se había quedado en Sevilla- en contra.

Cánticos de 'Estos jugadores, sienten los colores', 'Gorosito, quédate', 'Gorosito, ésta es tu casa', junto a los habituales de 'Esta es tu grada' y 'Es de Primera, el Xerez es de Primera' recibieron a la expedición azulina, aunque los aficionados que esperaban el autocar se llevaron un chasco inicial al correr hacia el autobús que paró junto al gimnasio de Chapín al ver que los que se bajaban eran los periodistas. Susto al ver el careto de alguno y media vuelta y a la carrera, porque el autocar de los futbolistas paró casi al fondo del aparcamiento.

Entonces, los aficionados comenzaron a jalear a Gorosito, se olvidaron de Monterrubio y vitorearon al entrenador argentino, de los primeros en salir seguido de sus ayudantes. Hubo aplausos para todos, incluido un Federico Souza que pasó junto a los aficionados acompañado de su tocayo Lussenhoff.

Luego llegó el turno de los futbolistas, la mayoría con gesto de decepción y es que a nadie gusta tener un descenso en el palmarés, aunque sea de Primera. Pero los jugadores, con una carpetita con el plan para las vacaciones, recibieron el ánimo y el apoyo de la afición: abrazos, fotos, besos, choque de palmas y palabras, catárticos, mensajes de ánimo. Orgullo xerecista, la cabeza bien alta. Nadar para morir en la orilla de la última jornada, pero con honor, y eso es lo que agradece la hinchada.

Tras el desfile de futbolistas, la afición se dispersó. A los jugadores también les despidieron Dabove, Buscaglia, Somoza y Borelli: abrazos a cada uno, uno por uno. Nos vemos. Hasta siempre. Qué bueno que vinisteis; qué pena que no lo hicisteis antes.