Tras cuatro derrotas consecutivas, tres en Liga y una en Copa del Rey, el mandamiento de obligado cumplimiento para el Xerez era el del triunfo y lo cumplió a rajatabla. Los azulinos supieron cortar a tiempo la hemorragia y con sus tres puntos han puesto punto final a un debate que se había convertido en la peor pesadilla para Esteban Vigo.

El técnico malagueño no había pasado nunca por una situación de este tipo en el banquillo azulino, a pesar de haber tenido mucha más presión en otras situaciones, pero la ha sabido superar con su habitual mano izquierda. Ha sabido templar los nervios dentro del vestuario y ha sabido llegar a la afición para evitar males peores. La grada está con él y su crédito intacto pese a la polvareda que habían levantado las cuatro derrotas consecutivas.

De cara al exterior, Vigo destacó la concentración de su equipo y elogió a sus futbolistas pero seguro que más de uno se llevará un rapapolvo por los despistes cometidos en la recta final del choque justo cuando más apretaba el Numancia. Seguro que ni la expulsión de José Vega ni las continuas faltas en las proximidades del área fueron de su agrado.

Como tampoco lo pudo ser el juego de su equipo, aún a años luz de aquel que conquistó a la grada en su anterior paso por el Deportivo. Eso sí, el equipo fue otro ante el Numancia, supo mantener la portería a cero, estuvo más fresco y explotó mucho más las bandas, con José Vega y Álvaro Rey muy activos toda la tarde. Eso sí, el centro del campo sigue sin explotar y sin imponerse.

Las gradas presentaron un aspecto de lo más desolador. De hecho, Chapín registró la entrada más pobre de lo que va te temporada. Ante el Recre, la asistencia fue de 5.496 espectadores, frente al Mirandés se fue hasta los 5.960 y ayer bajó a 5.279. Una pena...

De todos modos, los que acudieron al encuentro fueron pocos pero buenos. No pararon de animar a sus futbolistas y los despidieron con una ovación que nada tiene que ver con las pitadas que les brindó tras el encuentro frente al Mirandés o Las Palmas.

Y como fin de fiesta, el mal estado del terreno de juego. La historia se repite cada temporada a estas alturas. Chapín presenta un aspecto desolador, con poco césped y el que hay, seco... El Ayuntamiento debería tomar buena nota pero, claro, la crisis es la crisis... No ha solucionado el problema cuando tenía dinero, ahora que no lo tiene...