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José Manuel Moreno Arana

El Palacio de Villapanés: nuevos datos sobre su construcciónEl CEHJ

La ciudad de la historia

A la memoria de mi abuelo Antonio Moreno Guerra

L A arquitectura civil edificada durante el setecientos en nuestra ciudad constituye una valiosa parcela del patrimonio jerezano. Su estudio, sin embargo, sigue siendo escaso e incompleto. Desde los trabajos introductorios de Antonio Sancho Corbacho, escritos hace más de cincuenta años1, sólo se han experimentado avances en fechas recientes. En este sentido, a Fernando Aroca Vicenti corresponden aportaciones como el descubrimiento de la autoría de la casa n.º 52 de la calle Porvera (Juan Martínez, 1773) y la documentación de la rectoral de la Parroquia de San Miguel (Antonio Palacios, 1778), así como de las reordenaciones urbanísticas que conllevaron las construcciones del Palacio Domecq o del propio edificio al que ahora dedicamos estas líneas2. Por nuestra parte, ya en 2003 tratamos este asunto en un artículo en la Revista de Historia de Jerez, donde, entre otros datos, sacamos a la luz la intervención del arquitecto Juan de Bargas en la edificación del Palacio Bertemati3; una obra que con posterioridad ha merecido un estudio global con motivo de su restauración4.

En esta ocasión queremos detenernos en otra de las más importantes casas del XVIII local, el Palacio de Villapanés, dando a conocer nuestras investigaciones, recogidas en el último número de la revista Laboratorio de Arte5.

Como han apuntado distintos autores, el conjunto fue levantado en dos fases. Ninguna información nos había llegado de la primera de ellas hasta ahora. Hoy podemos afirmar que su construcción se inicia en la década de 1740 y en el marco de las particulares circunstancias que por esta época vivía la familia promotora de la obra, los Panés.

El segundo marqués de Villapanés, el gaditano Tomás Panés, contraerá matrimonio con una noble jerezana, Petronila Pavón. De la unión de ambos nacerá Miguel Andrés, el primero de los dos marqueses de dicho título que se establecieron en Jerez. Tras la muerte de Tomás en 1729 y del hijo mayor de éste al año siguiente, Miguel Andrés Panés heredará a corta edad la rica fortuna familiar, pasando a vivir a la ciudad natal de su madre.

Varios años más tarde Petronila Pavón se casará con Esteban Cesáreo Martínez, un acaudalado comerciante pariente suyo y antiguo hombre de confianza del difunto marqués. Convertidos en los administradores de los bienes del joven hasta su mayoría de edad, a ellos correspondió la idea de construir la primitiva casa de la calle Empedrada con objeto de servir "de Abitacion a el Menor y facilitar la mejor recaudación de los frutos pertenecientes a sus mayorazgos". Para ello, fue necesaria la aprobación de la Real Justicia de Cádiz, a cuyo cargo estaban los autos originados por la testamentaría de Tomás Panés, de una planta del nuevo edificio, que lamentablemente no hemos logrado localizar. La licencia se obtendría el 3 de Julio de 1744.

A finales de 1745 tenemos constancia de que las obras estaban avanzadas. En Agosto de 1746 se valoraba su conclusión en más de 82000 reales. El 7 de Abril de 1747, tras tomar posesión el marqués de todos sus bienes, el matrimonio Martínez-Pavón le hace donación de las casas, que aún se hallaban inconclusas, obligándose su padrastro a acabarlas.

Hasta aquí los datos que hemos descubierto de la primera fase. Al respecto, hay que decir que no conocemos la fecha exacta de su finalización ni tampoco el arquitecto que la dirigió, aunque puede suponerse que a este momento corresponde toda la zona con acceso por la calle Empedrada, donde destacan elementos como la escalera, cubierta por yeserías con decoración propia de la primera mitad del XVIII.

De la segunda etapa sí se tenían noticias previas a nuestro estudio. En concreto, se sabía que en 1766 se levantaba el área que da a la Cruz Vieja. La monumentalidad que se buscaba imprimir a la fachada, como teatral frente divisorio entre las calles Empedrada y Cerrofuerte, motivó la petición del marqués al Ayuntamiento de parte de esta última vía para conseguir mayor anchura. Pero la construcción debió de extenderse más en el tiempo pues la siguiente referencia la hemos hallado en el testamento de Miguel Andrés Panés, fechado el 5 de Enero de 1776. Así, entre las diferentes mandas, se citan los nombres del arquitecto y del aparejador que llevaban a cabo las obras de su casa: Juan Díaz y Alonso Moreno.

Pensamos, por tanto, que a Juan Díaz de la Guerra corresponden las trazas de esta ampliación. Este maestro, uno de los más destacados arquitectos del Jerez de la segunda mitad del setecientos, levantaba por estos mismos años la nueva iglesia del convento de San Francisco. Un cenobio del que, significativamente, los Panés fueron grandes benefactores, como hemos podido averiguar.

A pesar de la reveladora información que presentamos, siguen quedando lagunas sobre la trayectoria constructiva del palacio. No obstante, con estas breves líneas hemos pretendido también llamar la atención del valor de este menospreciado monumento, cuyo protagonismo en su entorno urbano ha sido desdeñado por una poco afortunada actuación que ha desfigurado la escenográfica visión de su fachada principal. Una casa en parte transformada por una discutible rehabilitación, en parte abocada a la más absoluta ruina en espera de que se cumpla la enésima promesa de restauración.

El Centro de Estudios Históricos Jerezanos es la institución cultural más antigua de las que actualmente existen en Jerez de la Frontera. Fundada, como reza en sus Estatutos, en 1937, después de comenzar sus preparativos de fundación en 1931, ha dedicado todos sus esfuerzos a la investigación y divulgación de la historia de Jerez.

Fruto de esa ingente y profunda labor de investigación y difusión es el excelente fondo bibliográfico con que cuenta el Centro de Estudios Históricos a través de sus publicaciones y, en los últimos años, con la Revista de Historia de Jerez. Tanto en ésta como en sus numerosos libros se pueden contar las firmas de los más prestigiosos investigadores de la historiografía jerezana. Los nombres de Hipólito Sancho de Sopranis, Manuel Esteve Guerrero, Manuel Ruiz Lagos, José Luis Repetto Betes están no sólo indisolublemente unidos al C.E.H.J. por su labor investigadora, sino también por haberlo regido en etapas diferentes. Perteneciente a la Confederación de Centros de Estudios Locales (C.E.C.E.L.), en estos últimos años el trabajo de una nueva Junta Directiva se ha centrado fundamentalmente en su modernización: cehj.org.

Fco. Antonio García Romero

Coordinadores/Centro de Estudios Históricos Jerezanos www.cehj.org

Eugenio J. Vega Geán

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