Poco a poco parece que la normalidad vuelve a Cataluña. En el ecuador de la semana parece que el reclamado y necesario artículo 155 está cumpliendo con su misión de devolver el orden constitucional a la comunidad autónoma, una legalidad que nunca se debió perder. A estas alturas de la película de terror y, tras la locura vivida en los dos últimos meses, con dos declaraciones unilaterales de independencia, si hay algo que sacar en positivo de lo sucedido en Cataluña es tener la tranquilidad de que el Estado de Derecho funciona porque tiene las herramientas para ello. Aun así, y teniendo siempre claro quiénes son los culpables, una vez que las aguas hayan vuelto a su cauce será la hora de analizar cómo los independentistas han podido llegar tan lejos. El conjunto del país se lo merece después del daño causado, en muchos casos irreparable.

Los españoles hemos asistido a un golpe de Estado en directo y por capítulos, con una gran diferencia con el que vivimos el 23-F, y es que en esta ocasión la sociedad ha contribuido de forma decidida a la restauración de la cordura. Ello ha sido posible gracias a los miles de catalanes que vieron en las redes y en la calle su oportunidad para perder el miedo a decir a viva voz que son españoles y que, por tanto, necesitaban la ayuda de su país. Los medios sociales han jugado un papel fundamental en la crisis catalana sirviendo de lazo de conexión entre los españoles para defender la unidad del país y siendo todo un revulsivo en los momentos de mayor desánimo, como ocurrió la trágica tarde del viernes, con auténticas llamadas de auxilio en las horas previas a la comparecencia de Rajoy. Los españoles han dado el mejor ejemplo de cómo hacer un buen uso de ellos, lejos del manejo propagandístico y manipulador que han hecho los secesionistas, llegando el señor Puigdemont a límites insospechados tras subir una imagen falsa en su intento de jugar al despiste en su huida a Bruselas. Los tres partidos constitucionalistas han demostrado también que cuando el país lo necesita son capaces de unirse. Mantengamos esa unidad porque #TodosSomosCataluña.