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Anove: Los cerealistas piden luz verde para la edición genética

Campo de cereal.

Campo de cereal.

Un año después de la invasión de Ucrania, el sector de los cereales está muy afectado y se topa, además, con amenazas serias como el elevado precio de los insumos y la sequía, que cuestionan de forma directa la supervivencia de las explotaciones. En esta situación, los productores valoran significativamente la mejora vegetal y reclaman a las autoridades comunitarias que permitan el uso de variedades de semillas obtenidas mediante edición genética.

José Antonio García de Tejada, presidente de la sección de maíz y girasol de Anove y director de Lidea; Pedro Gallardo, vicepresidente del Copa Cogepa y presidente de Asaja-Cádiz, y José Miguel Mulet, científico, coinciden en el diagnóstico de la situación. García de Tejada explica que tanto Rusia como Ucrania son dos grandes países exportadores pues en girasol cosechan más del 50% de la producción mundial y añade que la guerra de Ucrania ha tenido unos efectos muy marcados en cereales y oleaginosas que se ha visto reflejado en una elevada inflación.

Pedro Gallardo destaca que la invasión de Ucrania ha repercutido a nivel logístico, también de estocaje y de los destinos de los granos, porque ha habido una gran volatilidad en los mercados “y como consecuencia, Ucrania ha tenido que sacar mucho cereal de su país, pues tenía graves riesgos de bombardeo y destrucción de silos y eso ha provocado un éxodo de grano a los países limítrofes que ha repercutido muy negativamente en los precios y desde el verano pasado hasta hoy muchos de ellos han bajado un 25% para el productor y sin embargo el consumidor está pagando por los cereales, derivados de los cereales y transformados prácticamente un 10 y un 15% más que hace un año”. Y esta situación, añade García de Tejada, no ha mejorado por que la sequía de 2022 en España y gran parte de Europa no ha permitido una compensación en los ingresos.

Por su lado, José Miguel Mulet, investigador del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (universidad Politécnica de Valencia-CSIC), considera que el conflicto bélico está afectando de forma desigual al sector y a los mercados de cereales. “Ucrania -dice el científico- era uno de nuestros graneros, por lo que a toda la industria y a una parte de la ganadería le está afectando, y principalmente, afecta a todos aquellos sectores como el de la fruta que tenía a Rusia como uno de sus principales clientes”, señala.

El vicepresidente el Copa Cogeca destaca también la labor de los obtentores. Agrega que la mejora genética es responsable en los últimos años del 65% del crecimiento anual de la productividad de la agricultura en la UE “y sin los últimos 20 años de mejora genética, Europa se hubiera convertido en un importador nato de cereal, en vez de ser un exportador nato. España es un importador nato de cereal, pero no así la UE, por tanto la función de los obtentores es fundamental”.

Nuevas técnicas de edición genética

“La única herramienta que tiene el agricultor de hoy ante la situación de cambio climático -continúa Gallardo- es la mejora genética, por eso apoyamos al 200% las nuevas técnicas de edición genética, que nos van a posibilitar tener una caja de herramientas lo más amplia posible y así vamos a poder paulatinamente hacer un uso más sostenibles de los fitosanitarios, porque Europa no puede perder el tren de la tecnología y la innovación”.

“Las técnicas nuevas de edición genética nos posibilitarán acceder a unos mercados y unas tecnologías que sí tienen nuestros competidores en muchas otras zonas del mundo, como países de América, de Asia, Japón y Rusia, y vamos a tener que competir con ellos”, añade el presidente de Asaja Cádiz.

Colaboración de las administraciones

Por ello reclama a las administraciones europea y española “un posicionamiento firme a favor de estas técnicas, sin amenazas ni coacciones de la CE en relación al reglamento de usos sostenibles de fitosanitarios. Una cosa es la edición genética y otra la reducción que pretende la UE que, lo decimos claramente, ahora no toca, pero sí toca dar un paso adelante, ser firmes y aceptar las nuevas técnicas de edición genética porque será gran parte de la solución para poder satisfacer la producción ante el escenario de un cambio climático cada vez más drástico y complicado para el productor”.

José Miguel Mulet agrega que hay que tener en cuenta que la mejora genética clásica no tiene problemas en salir al mercado, “y se están haciendo avances muy importantes utilizando transgénicos o Crispr/cas9 que por culpa de las trabas legales de la Unión Europea no están llegando al mercado, pero en cambio las están disfrutando agricultores de otros países”.

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