El vuelco en la capital comenzó a crepitar desde primera hora. Miguel Cazorla, coordinador provincial de C's, había telefoneado nada más levantarse a PSOE y PP para darles a conocer su resolución definitiva. El más sorprendido del "sí quiero" resultó ser el senador socialista y a la postre futuro alcalde, Juan Carlos Pérez Navas. Y eso que la noche antes el senador no pudo resistir la angustia e incertidumbre, como también le ocurrió al alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador y contactó con el cabeza de lista de Ciudadanos para saber si ya había decantado la balanza tras la reunión en Barcelona del Comité Nacional de Pactos de los naranjitos. El PP llegó al extremo de ofrecerle la alcaldía compartida.

PSOE y PP habían hecho todo lo posible por ganarse el interesado favor de Ciudadanos, después de tres fases de negociación que se sucedieron tras la firma inicial del documento marco con las reglas de la formación en materia de transparencia y corrupción. Le llegaron a ofrecer tres concejalías y como mínimo ostentar primera tenencia de alcalde.

Pese a bandazos e insinuaciones sobre la búsqueda de fórmulas para poder entrar en el gobierno municipal, Ciudadanos cumplió y no ha querido entrar en el mercado de los escaños, dietas y liberados. Tan sólo mantiene el compromiso de los socialistas de facilitar su representación con voz pero sin voto en las comisiones y juntas, así como las promesas de Pérez Navas de que los grandes asuntos de ciudad siempre serán abordados con consenso y debate de todos los actores del plenario.

El inmimente y pragmático idilio con el PSOE, en base al grado de coincidencias a la hora de acoplar programas y al modelo de ciudad abordado durante más de ocho horas de reuniones, va más allá de la mera negociación entre ambos partidos. Responderá, tal y como reconoció ayer el candidato de Ciudadanos, a que la alternativa principal, la del Partido Popular entra en colisión directa con los principios, valores y ética de ese nuevo tiempo de la política que han querido promover. No han podido obviar ni pasar por alto las denuncias interpuestas que pesan contra la gestión del consistorio, unas en trámite y otras en curso de admisión.