Un jefe dominicano con contactos en Sudamérica. Muleros. Una organización dedicada al tráfico internacional de cocaína. Distribuidores intranacionales. Y, en mitad de la película, Huelva. Es el resumen de la operación Damas de Panamá, auspiciada por la Udyco de la Policía Nacional onubense en 2010, que acabó con la desarticulación de una banda criminal con base en Madrid y ramificaciones en las localidades de Bonares y Rociana del Condado.

Ocho hombres se sentaron el pasado mes de mayo en el banquillo de la Audiencia Nacional para responder por delitos contra la salud pública y pertenencia a organización delictiva. Otras dos personas, un joven onubense y una mujer, fueron arrestados en el aeropuerto de Lima cuando trataban de introducir en España, en connivencia con la banda, más de cinco kilos de cocaína, siendo condenados en el país iberoamericano a cumplir seis años y ocho meses de cárcel cada uno.

La Audiencia condena a los ocho imputados -cuatro, residentes en la provincia de Huelva- a una pena conjunta de 65,5 años y al abono de multas que alcanzan una cuantía global de 4,5 millones de euros.

La investigación parte en febrero de 2010, cuando el padre de un joven onubense solicitó a la Policía Nacional auxilio para su hijo, quien había viajado tres días antes a Madrid para ser "instruido y habilitado para efectuar un viaje a Sudamérica con el fin de traer cuatro kilos de cocaína a cambio de unos 10.000 euros". Iba a hacer de mulero -viajaría primero a Francia, luego a Panamá, República Dominicana y, finalmente, Perú, pero acabó arrepintiéndose y decidió volver a Huelva. A partir de ahí comenzó el calvario de amenazas.

El 4 de marzo de 2010, el padre del joven concertó una cita en el centro comercial Aqualon de Huelva con I.Q.A. y el dominicano E.P.T., una cita que vigiló de cerca el Grupo II de Estupefacientes y a partir de la que se desarrolló toda la investigación.