El antiguo Cabildo del Ayuntamiento acogió en la tarde de ayer el pleno extraordinario convocado para entregar al colegio Compañía de María la Medalla de Oro de la ciudad con motivo de la celebración de los 125 años de permanencia en Jerez.

A las seis y cinco de la tarde, la alcaldesa y parte de la Corporación municipal iniciaban un acto emotivo y que contó con la presencia de toda la comunidad educativa, además de antiguos alumnos y responsables del Grupo educativo Alfa, actuales rectores del centro.

María José García-Pelayo, antigua alumna del colegio, ya anunciaba minutos antes de iniciar su discurso que "a ver si puedo terminarlo". Lo terminó sí, pero durante muchos momentos tuvo que detener su intervención, presa de la emoción. Su discurso fue sentido, pero en él quizás faltaron más alusiones a la historia del centro y sus méritos educativos.

La primera edil reconoció que "este es un homenaje merecido", y destacó que por encima de todo la Compañía de María, en sus 125 años en la ciudad, ha ofrecido "educación, oportunidades y sobre todo personas comprometidas". Del mismo modo, aseguró que "Jerez devuelve ahora al colegio todo lo que éste ha realizado durante todo este tiempo". En este sentido, y tras reconocer que han sido más de 900 las adhesiones para la concesión de la medalla, resaltó "la labor solidaria" del centro y puntualizó que "ha hecho méritos educativos, formativos, de conservación del patrimonio, religiosos y sobre todo ha mostrado siempre un compromiso con la ciudad".

A continuación, Elena Aguilar, actual directora, recibió la medalla entre los aplausos de toda la sala y en su discurso tuvo palabras de recuerdo "a todos los que nos han precedido, esta medalla es un trocito de todos ellos".

Una vez concluido el acto, la propia directora, ya mucho más tranquila, mostraba su "satisfacción" por la entrega de este reconocimiento y no escondió haberse emocionado durante su intervención. "Llevo en el colegio desde los 3 años y conforme iba leyendo han venido a mi mente multitud de imágenes y mucha gente que ya no está, a todos ellos quiero dedicarle esta medalla".

Radiante también estaba su antecesora en el cargo, Genoveva Merino, quien admitió que el galardón "es merecidísimo". Igual que la actual directora confesó que durante el acto "me he emocionado" y significó que "todos hemos contribuido a este premio, y por eso debemos estar orgullosos", apuntó.

En esta misma línea se mostró Pilar Chico, que acumula nada menos que 39 años de relación con la institución. La maestra, que también admitió sentirse plenamente identificada "con el proyecto educativo" del centro "a nivel personal y profesional", echó la vista atrás en este día tan señalado acordándose principalmente "de muchas religiosas y compañeros". Además, recalcó que en estos 125 años "se han conseguido siempre los objetivos".

Por su parte, Estrella Flores y Fabián de Torres, titulares del colegio Compañía de María desde el curso escolar 2004/2005, valoraban positivamente el galardón defendiendo la línea continuista emprendida desde su llegada. "Estamos muy felices por continuar con este proyecto educativo, aunque nosotros sólo llevemos diez años". Ambos insistieron en que lo importante es "seguir adaptándonos a los tiempos y a la sociedad en la que vivimos", siempre desde la "humanística católica".

Todos, actuales y antiguos alumnos, toda la comunidad docente del centro, una amplia representación del Ampa y miembros de la Junta de gobierno de la Hermandad de la Defensión, vinculada al colegio desde hace años, no quisieron perderse un momento inolvidable, y que servirá para rellenar, como ya ocurriese en 1989 cuando se cambió el nombre de la calle Collantes a calle Compañía de María, las páginas de su libro histórico.