FREELANCE | CRÍTICA

Autoparodia del musculoso

John Cena y Alison Brie protagonizan la película.

John Cena y Alison Brie protagonizan la película. / D. S.

John Cena es un campeón de lucha libre al que desde 2006 le dio por compatibilizar el ring con el cine, en casi todos los casos -como cuantos musculosos han sido desde los Johnny Weissmüller y Lex Barker amigos de Chita a los Chuck Norris y Van Damme (en liga aparte juegan Schwarzenegger y Stallone y quizás, no estoy seguro, The Rock) pasando por los Gordon Scott y Steve Reeves de los peplum- con papeles adecuados a su físico y a sus posibilidades interpretativas . 

Desde que debutó con Persecución extrema ha intentado simultanear con notable esfuerzo y algún logro el cine de músculo y mamporros con la comedia (Amigos pasajeros, Y de repente tú), la fantasía de cierta calidad (Bumblebee) y películas de mayor calado (The Wall, La conspiración). Su aparición en pelotas en la última gala de los Oscar no creo que haya hecho mucho por apuntalar estos últimos esfuerzos, aunque sí demostró su sentido del humor.    

Tampoco Freelance le ayudará a superar el estereotipo musculado. Lo devuelve al cine de acción más simplón, no redimido por adoptar un tono de comedia. Un exagente de las fuerzas especiales apartado de la acción debe custodiar a una no muy afortunada periodista que viaja a un imaginario país sudamericano para entrevistar a un igualmente imaginario dictador. Estalla una revolución, se ven presos en ella y vuelve la acción. 

La dirección de ese pésimo director francés que es Pierre Morel, un auténtico Pierre Nodoyuna salido de la factoría de Luc Besson, como demuestra su filmografía -Distrito 13, Venganza, Desde París con amor, Caza al asesino, Matar o morir-, es tan mala que lo más interesante de la película resulta ser la pareja formada por Cena, esforzándose el hombre  en hacer algo muy parecido a la autoparodia del musculoso, y una entregada Alison Brie.     

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