El Sevilla FC, a medio gas y con aparente facilidad, sacó una goleada y se aferra a las posiciones altas de la tabla, en esta ocasión facilitado por un Athletic muy pobre que mantiene una campaña más al Sánchez Pizjuán como campo maldito, donde va a cumplir quince años sin ganar.

Se notó desde el inicio que el entrenador del Athletic, Joaquín Caparrós, tenía estudiado el juego del que fuera su equipo durante muchas temporadas y atosigó con un férreo marcaje a las dos peligrosas bandas sevillistas, donde Jesús Navas y Diego Capel suelen siempre hacer mucho daño en el Sánchez Pizjuán.

Las dificultades que la formación vizcaína le puso a los hombres de Manolo Jiménez obligó al Sevilla a cambiar sus alternativas de ataque y las jugadas de estrategia fueron las que ayudaron al Sevilla a crear peligro.

Todo el dispositivo vasco se truncó a los 26 minutos cuando un grave fallo de Balenziaga hizo que la pelota le quedara franca a Jesús Navas, quien profundizó por su extremo y cedió a Kanouté para que marcara a placer.

Tuvo que verse por obligación a otro Athletic, pero los recursos ofensivos de los bilbaínos fueron escasos, mientras que el Sevilla, con aparente tranquilidad, volvió a encontrarse a un espectacular Jesús Navas, quien fabricó otro gol por su banda, ahora para servir un templado pase a la cabeza de Renato.

Poco le costó al Sevilla ponerse con el 2-0 antes del descanso y en la reanudación pareció que no apretaría el acelerador sino era necesario y eso le dio la iniciativa a un Athletic al que le costó mucho crear peligro, hasta el punto que Caparrós le dio la oportunidad a Ion Vélez en lugar de un desubicado Llorente.

La relajación de los locales fue evidente y a falta de un cuarto de hora para el final llegó el tercero, obra de Adriano. El Sevilla siguió a su ritmo y el Athletic también a lo suyo. Ernesto Chevantón, que salió en el último tramo del encuentro por Renato, volvió a reivindicar su olfato goleador en esta campaña y redondeó el marcador con el cuarto tras la pasividad de la defensa vasca. Al final, cómodo triunfo local ante un rival que apenas inquietó.