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Un fútbol multicultural

El rival · suiza

En el vestuario suizo hay jugadores cuyos orígenes son de diferentes nacionalidades

Ignacio Naya / Durban

16 de junio 2010 - 05:02

Dividida en cantones con idiomas diferentes, Suiza no sólo mostró durante años impermeabilidad frente al exterior, sino también entre sus propias regiones interiores. Su fútbol, sin embargo, es totalmente diferente. Suiza tiene cuatro idiomas oficiales (alemán, francés, italiano y romanche), pero su selección nacional habla muchos más.

El pequeño país centroeuropeo cuenta con poco menos de ocho millones de habitantes y una restrictiva política de fronteras, pero su fútbol ha sabido como pocos sacar partido de los hijos de la inmigración. El vestuario de la selección suiza siempre fue una torre de Babel. Futbolistas de origen alemán como Frei conviven con otros de descendencia francesa como Magnin o de origen italiano como Benaglio. Pero en los últimos años, al rico abanico de apellidos suizos se unieron nombres turcos, balcánicos, albaneses, portugueses o españoles.

Gelson Fernandes llegó a Suiza junto a su madre a los cinco años procedente de Cabo Verde. Su padre había conseguido trabajo en Sitten un año antes y al fin podía reunir a toda la familia. Unos años después, se convirtió en capitán de la selección sub 21 y hoy, a los 23 años, es indiscutible en el cuadro dirigido por Ottmar Hitzfeld.

Inler nació hace 25 años en la ciudad suiza de Olten, pero sus raíces están en Turquía, como las de Derdiyok, delantero del Bayer Leverkusen de origen kurdo. Un 30% de la población suiza es extranjera o tiene raíces fuera del país. Y la selección suiza es un reflejo claro de eso. El medio centro Behrami es de origen albano-kosovar, el defensa Senderos tiene ascendencia serbio-española y el delantero Nkufo es de origen congoleño. "Siempre hubo muchos extranjeros en el fútbol", manifestó Roger Federer. "Yo era el único suizo en mi equipo a mis 12 años. Había muchos españoles, italianos, turcos, yugoslavos... Ni siquiera yo era un suizo total", admitió el tenista, cuya madre es sudafricana.

Suiza fue campeona mundial sub 17 en 2009 con un equipo de apellidos como Seferovic, Ben Khalifa, Xhaka, Rodríguez o Kasami. Todos fruto del trabajo en los semilleros de la Federación Suiza de Fútbol, que hace 15 años emprendió un trabajo de promoción juvenil.

La España de Del Bosque no tendrá que vérselas con los nuevos talentos helvéticos. "Es muy pronto para ellos. Les falta madurez", dijo Benaglio. Pero Suiza tiene puestas muchas esperanzas en su joven fútbol multicultural. A priori, España parte con cierto favoritismo para llevarse los tres puntos, pero no deberá fiarse de un adversario que tiene jugadores con mucha experiencia en el fútbol europeo.

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