Sin brillantez pero con seriedad y solidez. Esos fueron los ingredientes que condimentó el Puerto Real en su triunfo de la tarde de ayer ante el Sevilla C en el Sancho Dávila. Los verdiblancos siguen enrachados y ya encadenan cuatro victorias consecutivas que le han permitido acercarse a los puestos de cabeza y ya se encuentran a tiro de piedra del cuarto clasificado.

Quizás los de la Villa no ofrecen un juego vistoso pero en cambio si logran sacar los encuentros adelante, que era lo que necesitaba después del irregular arranque liguero. Además, parece que ahora dispone de la dosis de fortuna que se le ha negado en el primer tramo de competición.

Los goles no llegaron hasta la segunda mitad. Chapi no desaprovechó un pase medido de Pablo Niño, que le dejó mano a mano con Aragón, al que dribló y a puerta vacía firmó el uno a cero. El tanto dio tranquilidad a los de casa, que hicieron el 2-0 a falta de cinco minutos y aunque el filial acortó distancias, el Puerto Real no sufrió más.