La ley del mínimo esfuerzo

El Sevilla, con facilidad y sin forzar, superó al Stuttgart alemán y encarrila su marcha en esta primera jornada de la fase de grupos de la Copa de la UEFA, en la que busca entrar en la ronda de dieciseisavos e ilusionarse con la posibilidad de lograr su tercer trofeo de campeón de este torneo.

El conjunto español, con una gran seguridad y confianza pese a las significadas bajas en la delantera, suma ya ocho partidos seguidos sin encajar un tanto -cinco de Liga y tres de UEFA- y muestra gran solvencia ante sus rivales.

Finalmente Manolo Jiménez no quiso forzar la reaparición del goleador Luis Fabiano y, al igual que sucedió el domingo en Almería, se encontró con que ninguno de los delanteros específicos de la plantilla están en condiciones físicas, ya que, además del brasileño, el malí Frederic Kanouté, el uruguayo Chevantón y el marfileño Koné siguen lesionados.

Con ello, fue el joven medio punta argentino Lautaro Acosta el que, acompañado por el centrocampista brasileño Renato Dirnei, tuvo responsabilidad arriba.

Fue el Sevilla el que hizo valer su condición de local para llevar la iniciativa e intentó crear el peligro por los extremos que ocuparon Jesús Navas y el brasileño Adriano Correia, aunque fue el centrocampista marfileño Ndric Romaric el que consiguió el primer gol de un lanzamiento libre directo al cuarto de hora al que no pudo responder el ex portero del Arsenal londinense Lehmann.

Sin casi tiempo para festejar el 1-0 llegó el segundo, obra de Renato, aunque la alegría local no fue completa, pues en la jugada el brasileño se dañó la nariz, aunque pudo seguir en el campo, e instantes más tarde se tuvo que retirar lesionado Lautaro Acosta, con lo que sigue la maldición sevillista con los delanteros.

El 2-0, unido a las circunstancias adversas que sufrió el equipo español, hizo que el Sevilla bajara algo la intensidad y que el Stuttgart adelantara metros en busca de la portería de Andrés Palop, pero sin excesiva intensidad.