El Plan de Incentivos al Vehículo Eficiente (PIVE), una vez agotados los recursos establecidos para su implantación (75 millones de euros), ha generado un aumento del consumo privado de 400 millones de euros. Es uno de los beneficios que destaca la patronal Anfac en un informe sobre los impactos del programa en los tres meses y medio en que ha estado vigente. En esos 400 millones se incluyen los gastos ligados a la adquisición de un vehículo, tales como la financiación, los seguros o la gestión.

Según el informe, el PIVE ha generado una demanda adicional en este periodo de más de 25.400 vehículos, una cifra que supone el 13% del volumen total del mercado, con una recaudación fiscal adicional de 110 millones de euros. La recaudación se calcula sobre los impuestos indirectos, cifrados en 81 millones de euros, cantidad que con impuestos directos (once millones de euros) y ahorro de cotizaciones sociales por mantenimiento o creación de empleo (18 millones de euros) asciende a los mencionados 110 millones de euros.

Otros impactos medidos por el servicio de investigación de Anfac son los referidos a la producción adicional realizada por las factorías españolas, cifrada en 927 millones de euros y el mantenimiento de 4.500 empleos.