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España

Los terroristas ya asesinaron a dos guardias de manera similar en 2000

  • José Ángel de Jesús e Irene Fernández murieron en Sallent de Gállego (Huesca)

La banda terrorista ETA mató a dos guardias civiles hace nueve años con un modus operandi similar al que empleó ayer en Palma de Mallorca. En aquella ocasión, el 20 de agosto de 2000, ETA asesinó en Sallent de Gállego (Huesca) a los agentes José Angel de Jesús Encinas e Irene Fernández mediante una bomba-lapa adosada a los bajos del Nissan Patrol en el que se disponían a patrullar un domingo a las seis de la mañana.

El último asesinato de un guardia civil se remonta al 14 de mayo de 2008, cuando, sin previo aviso, estalló una furgoneta-bomba de gran potencia junto al cuartel del instituto armado en Legutiano (Alava), que acabó con la vida del agente Juan Manuel Piñuel.

Antes de este asesinato, los anteriores se habían producido en diciembre de 2007 en Capbreton (Francia), cuando la banda asesinó en las inmediaciones de un supermercado a los agentes Raúl Centeno y Fernando Trapero. Estos asesinatos llegaron después de cinco años sin víctimas mortales en el Instituto armado. No había muerto ninguno desde el año 2002, cuando los terroristas mataron al cabo Juan Carlos Beiro Montes en Leitza y al guardia Antonio Molina Martín en una salida de la autopista Madrid-La Coruña, próxima a Collado Villalba, a la altura del kilómetro 38.

El de ayer ha sido el segundo atentado con víctimas mortales en lo que va de año tras la muerte, el pasado 19 de junio, del inspector de Policía Eduardo Puelles en la localidad vizcaína de Arrigorriaga, también mediante una bomba-lapa adosada a los bajos de su vehículo.

Desde del final de la última tregua son ya nueve las víctimas mortales de la banda terrorista.

El guardia civil Carlos Sáenz de Tejada, asesinado por ETA en el atentado no tenía miedo al terrorismo e incluso "su primera idea cuando entró en la Guardia Civil era ir a las Vascongadas", afirmó su primo Guzmán Ortega.

Según relató el primo de la víctima, después consiguió el destino en Mallorca y "estaba tan contento que decidió cambiar de idea". Guzmán Ortega describió a su primo como "una persona muy buena, muy tranquilo", al que le gustaba mucho el fútbol, porque era "forofo del Real Madrid".

Otro de sus rasgos distintivos, a su juicio, es que "era una persona que le gustaba el Ejército y la Guardia Civil, algo que siempre le ha gustado y que era su vocación" y que iba a cumplir 29 años en noviembre.

"Los padres de Carlos están destrozados, completamente destrozados", aseguró el primo de la víctima.

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