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Zambombas este fin de semana en Jerez

Caballos históricos en la Feria de Jerez

1. El caballo 'Señorito X', semental pura raza española de la Ganadería Marqués de Domecq y Hnos., auténtico campeón de campeones de 1922 y uno de los mejores caballos que han desfilado por la feria de Jerez. 2. El caballo 'Rozador' de cinco años, raza inglesa Hackney, nacido en Jerez. 3. Exhibición de yeguas con sus potros, en el Pabellón de Exposiciones de la feria, a final de los años treinta. 4. Hermosos corceles montados por jóvenes jinetes, en la feria de 1958. FOTOS ARCHIVO DEL AUTOR.
Juan De La Plata / Jerez

16 de mayo 2009 - 01:00

Remontándonos a los primeros años del pasado siglo XX, recordemos algunos caballos célebres de cuadras jerezanas, que se exhibieron en la exposición de ganados de nuestra feria, como 'Rumboso III' y 'Rumboso V', ambos pura raza española andaluza, cartujana, y la yegua 'Olímpica', de raza cruzada, los tres de la ganadería del marqués de Domecq, que hicieron las delicias de los aficionados en la exposición regional celebrada en Jerez, en abril de 1915, donde el primero de los tres conquistó la copa de S. M. el Rey Alfonso XIII. Sin olvidarnos de 'Garboso III', tordo vinoso, también de Domecq, vendido a Mr. Luciano Sharpe, de Nueva York, el 12 de octubre del mismo año. Y no digamos nada de 'Señorito X', el mejor semental jerezano, de raza española, quizás, de todos los tiempos; ganador de varios grandes premios, en concursos y exposiciones, celebrados en Madrid, Sevilla y Jerez, que fuera adquirido por el Estado en la no despreciable cifra de 20.000 pesetas de las de los años veinte. Otros dos hermosos caballos, 'Príncipe III' y 'Carcelero III', fueron adquiridos por el maharajá Scindia de Givalior, de la India, en la suma de dos mil libras esterlinas, cerca de once mil duros de los de entonces, al cambio de la época. Y otro caballo notable fue el llamado 'Aguilito', que murió de 17 años, en 1906, el cual no se quiso vender a un rico hacendado de Guatemala, llamado Palomo, porque tan sólo llegó a ofrecer por él la escasa cifra de veintidós mil pesetas. Mientras que, a principios de 1928, desde el Depósito de Sementales de Santander nos llegaba otro caballo famoso, Fiord, de pura sangre inglesa. Y más tarde, otro de raza española, llamado 'Burgués', llamaría la atención de los grandes aficionados. Como sin duda lo hizo 'Rozador', de cinco años, y de raza inglesa Hackney, nacido en Jerez en los años treinta.

Entre los ganaderos jerezanos de caballos pura sangre que solían participar con sus mejores ejemplares en número cercano al millar, en la anual Exposición de Ganados de nuestra feria en las primeras décadas del pasado siglo, es justo recordar a José García Barroso, Manuel y Ramón Guerrero de Castro, Guerrero Hnos. - famosas y grandes cuadras - Luis Moreno, Gualterio Buck, Hijos de Francisco Perea, Vda. de Orbaneja, Manuel Domecq y Marqués de Casa Domecq, Hnos.; quizás - esta última - la cuadra más prestigiosa de todas las que jamás haya habido en nuestra ciudad.

Esto, por no hablar nada más que de antiguos caballos jerezanos que hicieron historia, y cuyos nombres figuran ya, por derecho propio, en los anales de la Feria de Jerez. Eran tiempos en que estaban en auge las carreras de caballos, en las que se disputaban grandes premios, que iban desde las mil a las tres mil cien pesetas y en las que participaban más de cien ejemplares de las mejores cuadras de toda España. Ya era, por lo que se ve, esta ciudad el emporio por excelencia del caballo y su mundo, congregando anualmente en nuestra feria a los mejores caballos y ganaderos, siendo muy reñidas las competiciones y concursos, tanto en las carreras, como en la exposición del recinto del Pabellón Regio, lugar tradicional de exhibición ecuestre, desde que se inauguró la feria en el Parque Honzález Hontoria, hasta el momento presente.

Y en relación con los deportes del caballo, solían figurar en lugar destacado de los programas de la primera mitad del pasado siglo, y aún después, las faenas camperas de acoso y derribo y los partidos de polo que, prácticamente, se han venido manteniendo hasta nuestros días, si bien con algunos altibajos. Por cierto que los partidos de polo empezaron a celebrarse en Jerez antes que en ningún otro lugar de España, gracias a la Real Sociedad de Polo, fundada por el entusiasta jerezano, Marqués de Torre-Soto de Briviesca y hasta el regimiento de Lanceros de Villaviciosa, con acuartelamiento en Jerez, tuvo un magnífico equipo, ganador de numerosos trofeos. Otro importante deporte que antaño se celebraba, en nuestra feria, eran los famosos raids hípicos nacional e internacional, con el trayecto Jerez - Sevilla - Jerez, en los que solían tomar parte numerosos jinetes españoles y extranjeros. Este raid se ha ido manteniendo, en años anteriores, pero no con la categoría del que llegaba hasta la capital hispalense.

En los últimos años, es verdad que han sido premiados muy bellos ejemplares de caballos de pura raza, con el título de campeón de campeones, pero enumerarlos a todos sería cuestión de otro artículo. Baste decir que tanto caballos como enganches que acuden, a cada edición de nuestra feria, al recinto de la exposición, o a pasear por el Real, todos hacen honor a la insuperable y gran tradición equina de nuestra ciudad; hasta el punto de que Jerez sigue siendo la capital mundial del caballo; y se hiciera preciso, por ello, dedicarle, para siempre, esta singular feria; gracias a la luminosa idea que tuviera el inolvidable don Alvaro Domecq y Díez, siendo alcalde, de organizar, en el año 1954, aquella sensacional y enriquecedora Semana del Caballo de la que, algún día, tal vez tengamos ocasión de hablar con más detalles; porque ahí está el verdadero origen de esta feria inigualable.

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