Feria de Jerez

"Somos unos terremotos"

  • Casi 190 vecinos de la zona rural se dan cita en la tradicional jornada de los mayores en la Feria para "pasarlo bien y bailar por un tubo"

"Hombre por Dios, a la Feria hay que venir así, con su traje de gitana y con muchas ganas de pasarlo bien", declaró Joaquina Coronil, mientras señaló con orgullo su flores bien puestas en el pelo y los volantes de su traje rojo y blanco. Con una energía desbordante, esta vecina de Cuartillos fue ayer una de las protagonistas del día dedicado a las personas mayores de la zona rural en el Real del González Hontoria, una cita que cada año pretende "dar su sitio" a los mayores del municipio.

"Sí, sí. Venimos todos los años y aunque somos vecinos aquí nos sentimos con en una gran familia", añadió Coronil. A su lado, Rosario Orihuela, apuntó entre risas que la cuestión es pasarlo bien y "bailar por un tubo, todos somos unos terremotos. Esta comida la esperamos todos los años y la verdad es que es una gozada". Manuel Soto, también vecino de esta barriada rural, reconoció que a pesar del buen ambiente en el Real, "se nota que la cosa está más apretaita. Esa fortaleza y energía que se veía en la Feria, en general, ya no la veo. Pero bueno, supongo que volverá...". Asentaron sus vecinos, y Soto aprovechó la ocasión y remató: "Chiquilla, ¿tú sabes lo que nos daría la alegría total? ¡Que nos arreglen la carretera! Que sí, que aquí estamos de lujo, pero tener la carretera arreglada sería ya la mayor alegría".

Un total de 189 personas de la zona rural -el transporte fue gratuito desde los núcleos rurales hasta el González Hontoria para facilitar la accesibilidad- se dieron cita en la Caseta de los Mayores para disfrutar de un menú, a 12,5 euros, que consistió en plato de paella, otro con filete, patatas fritas y pimiento, un variado de pescado frito, postre y dos bebidas. "Nos parece perfecto y el día va muy bien. Entre todos tenemos que dar el protagonismo a nuestros vecinos y se les cuida todo lo que está en nuestra mano", señaló Rafael Gómez, delegado de Mesas de Santa Rosa.

Como un "guerrero" dijo sentirse Miguel Berrocal, vecino de El Mojo. "Nos lo pasamos de lujo todos los vecinos. Me gustan los lunes de las personas mayores, los martes, los miércoles... ¡me gusta venir todos los días y todos los años!", declaró Berrocal. Con las mismas ganas estuvo José Gamaza, de Baldío de Gallardo, quien añadió a lo que a dijo su 'vecino' de mesa que "venimos a pasarlo bien, me gusta toda la Feria". Gallardo tiró de memoria y recordó cómo ha cambiado esta semana grande de la ciudad, en la que antes "las casetas eran de lonas y pastos, ¡menos mal que ha mejorao la cosa!". No tan contenta estuvo Encarna Lorente, de Lomopardo, quien consideró que el sistema de tickets en el menú no cubría bien las necesidades de los vecinos: "Solo dos bebidas por persona y nos cuesta la cosa 12,5 euros. No me parece bien".

A pesar de esta crítica, el 'lunes de los mayores' fue una completa jornada de convivencia y muchas risas. Tanto la delegada de Bienestar Social, Igualdad y Salud, Isabel Paredes, como la delegada de Medio Rural, Susana Sánchez, visitaron la caseta al mediodía repartiendo abanicos y hasta tomando comandas de las peticiones de los vecinos. "La caseta se ha convertido en un referente de nuestra Feria porque es un espacio de convivencia, de accesibilidad ya que dispone de zonas reservadas para personas con movilidad reducida y de servicios adaptados para facilitar la estancia de las personas que asistan", señaló Paredes, quien añadió que "nuestros mayores son ejemplos de sabiduría, experiencia, nos transmiten mucha alegría. Tenemos que aprender mucho de ellos. Una ciudad que mira al futuro no se puede olvidar de nuestra historia, de nuestros mayores".

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