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En la sala paúl Ciclo ‘De la Frontera’

Un hervidero del mejor soniquete

Seguramente desde allá arriba, Fernando Terremoto jaleó con palmas el soniquete de su primo Diego. Era para él, y el genio de Santiago y su tropa se dejaron el alma. Casi hora y media de compás del bueno, para dar rienda suelta a esa manera tan peculiar de entender el flamenco. Podrá gustar más o menos pero está ahí, es única y un paradigma de las nuevas tendencias, precisamente la idea con la que el Festival ha incluido este flamante escenario.

El Tate ofreció lo más granado de su repertorio en el estreno del ciclo ‘De la Frontera’, un ciclo que también estrenaba ubicación, la Sala Paul. Con lleno a rebosar y buena visibilidad, la nueva apuesta de la organización resultó especialmente positiva, si bien es verdad que la misma sala no soporta demasiados decibelios y cuando se supera el límite se satura el sonido.

A lo largo de su actuación, Diego Carrasco fue un torbellino, no paró ni un segundo. El numeroso público que llenaba la sala tuvo tiempo para saborear el mejor compás de Jerez, una virtud innata en el santiaguero, de degustar una marcha procesional, con el tema que abrió el concierto (El cachorro me dijo) y hasta de oír versos del mítico Don Juan Tenorio.

De espíritu jovial, “gracias al Festival por ponerme aquí porque me han quitao unos pocos de años”, admitió entre risas, el jerezano es un volcán en erupción experimentando sensaciones, y sus músicos, una garantía sonora, porque se ve a leguas que disfrutan con lo que hacen y viendo las hazañas de El Tate. Carmen Amaya, Juan Grande, El Maloko, Curro Carrasco, Ané, Ignacio Cintado y hasta Jesús Bola, otro de los artistas invitados, se lo pasaron en grande con el arte de Diego, incansable e implacable durante el tiempo que permaneció sobre las tablas. 

Fernanda, Mi Momá, Oliva y Naranja, José Monje y hasta la Nana de Colores, donde contó con la colaboración de Remedios Amaya, fueron algunos de los temas del gurú del soniquete, temas a los que siempre acompañó con ese ya personal deambular y esas pataítas tan sugestivas.

La artista invitada de la noche, Remedios, también se acordó de “Fernandito” y con sus habituales bulerías acompasadas, bien llevadas por la guitarra de Curro Carrasco, protagonizaron momentos mágicos. La sevillana se entregó al máximo y su eco rajao y roto perforó los poros de la sensibilidad en algún que otro instante.

La noche acabó, a eso de la una y media larga, al menos para algunos, con sones por bulería y con coreografía de pataíta incluida por parte de Ané y Juan Grande y el propio Tate. Y es que Diego, para bien o para mal, sigue siendo Diego.  

Cante: Diego Carrasco. Artistas invitados: Remedios Amaya y Jesús Bola. Guitarra: Curro Carrasco. Percusión: Juan Grande y Ané Carrasco. Bajo: Ignacio Cintado. Coros: Carmen Amaya y Maloko. Lugar: Sala Paúl. Día: 1 de marzo Aforo: Lleno

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