Sin rencor

Mario Vargas Llosa no echa de menos, ni una mijita, a Isabel Preysler

Mario Vargas Llosa en su despacho en Lima

Mario Vargas Llosa en su despacho en Lima

Mario Vargas Llosa no está de actualidad expresamente, ha retomado toda su agenda, mantiene sus compromisos y una vida privada que salta de continente en continente, residiendo en sus distintas casas repartidas por el mundo, y arropado incondicionalmente por su familia: por sus hijos y por su ex, Patricia Llosa. ¿Se ha reconciliado con ella? Sí, aunque no ejerzan como el matrimonio que fueron. Vargas Llosa no está de actualidad del corazón porque ha superado por completo a Isabel Preysler.

La princesa de galas se enfadó por las reacciones del entorno de Vargas Llosa cuando anunció el pasado 28 de diciembre que había roto su relación. Estaba un poco hasta el pelo del Nobel, de sus celos y de que convirtiera su mansión en Puerta de Hierro "en un hotel", como le reprendió cuando su relación quedó en el límite del abismo. Preysler se tomó a mal este fiasco sentimental. Habría sido la primera vez que le dejan. Mario Vargas Llosa estaba harto de la vida social de su ex pareja, de su familia y amigos y de sus tertulias. De ese desencanto habla su ya famoso relato escatológico Los vientos.

Vargas Llosa con su hija y su hijo Álvaro junto a su exposa y madre de ellos, Patricia Llosa Vargas Llosa con su hija y su hijo Álvaro junto a su exposa y madre de ellos, Patricia Llosa

Vargas Llosa con su hija y su hijo Álvaro junto a su exposa y madre de ellos, Patricia Llosa

El escritor hispano-peruano, investido como Inmortal por la Academia Francesa de la Lengua en el mes de febrero, escapó de las portadas y este lunes lo retoma la revista Pronto precisamente para recordar que deseó volver de lleno a su faceta literaria y como conferenciante apartándose de la madre de Tamara Falcó, que están en cuenta atrás del festín nupcial del 8 de julio.

Las cinco casas de Mario Vargas Llosa

La publicación recuerda que Vargas Llosa cuenta con cinco residencias repartidas por el mundo: en Madrid (un ático en la zona de Ópera), en Lima (un amplio apartamento con vistas al mar en lo que fuera la casa familiar, en una operación urbanística de reconstrucción), en París (su lugar favorito en el mundo), en Nueva York (con un apartamento con vistas a Central Park) además de un domicilio de descanso tropical en la República Dominicana. Con un surtido así de domicilios el escritor no echa de menos la mansión de Isabel Preysler. Si además disfruta de millonarios adelantos por la publicación de nuevas obras, una nómina de 200.000 euros anuales por escribir en El País, y cheques en blanco para dar conferencias, el autor de La guerra del fin del mundo tiene margen para una vida plena de buenas experiencias. Lo de Isabel quedó atrás y ella, aunque se le haya relacionado sin gran fundamento con Alfonso Díez, también está construyendo su nueva etapa a su gusto y con su gente.

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