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Alfonso uno de seis, el primer 'vino finito' de González Byass

La empresa jerezana rescata del interior de su bodega jereces infinitos en edad de los que sólo se han embotellado 965 botellas.

04 de enero 2018 - 07:18

Una imagen del nuevo Alfonso 1/6.

Llegan los ‘Vinos Finitos’ de González Byass, unas reliquias enológicas fuera de la categorización habitual e imposibles de replicar por su escasez. Vinos que han envejecido, en pequeñas cantidades, en la quietud de estas bodegas jerezanas y que, una vez embotellados, no tendrán continuidad en el futuro. Alfonso Oloroso 1/6 es un vino clásico que reivindica un estilo de oloroso seco inconfundible y que, en la Casa de Tío Pepe, se conoce como oloroso fino.

El halo de misterio que, en ocasiones, rodea al Jerez y a las bodegas, se constata en esta categoría de vinos que algunos llaman “olvidados”. Botas, o incluso botellas, que han permanecido ocultos durante años en los lugares más recónditos de la bodega, ven ahora la luz bajo el apelativo de ‘Vinos Finitos’.

Reliquias escasas, que no podrán replicarse jamás, rescatadas por González Byass. Entre ellos se encuentra Alfonso 1/6, el primer vino finito procedente de una bota con más de 40 años de vejez que, originariamente, pertenecía a la solera de Alfonso, el oloroso más conocido de González Byass.

Durante años, este Jerez irrepetible roció la solera de Alfonso hasta que el azar, o la intuición de algún capataz de raza, quiso que solo 6 botas quedaran “olvidadas” en la bodega.

La sabiduría de Antonio Flores, enólogo y master blender de González Byass, ha seleccionado una bota donde, a lo largo de casi medio siglo, se ha ido gestando este oloroso fino intenso, glicérico, seco y con aromas complejos. Una joya escasa, de la que solo se han embotellado 965 botellas, y que se caracteriza por su finura en nariz, elegancia innata y amabilidad en boca.

González Byass es una bodega familiar fundada en Jerez en el año 1835 y dedicada a la elaboración de vinos y bebidas espirituosas. Marcas tan conocidas como el Fino Tío Pepe, joyas enológicas como Noé o Apóstoles y el Brandy Solera Gran Reserva Lepanto, le han consagrado como una de las principales bodegas del mundo. La tradición, la investigación, la sostenibilidad y la búsqueda de la máxima calidad son los pilares en los que González Byass ha centrado un trabajo avalado por casi dos siglos de experiencia.

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