España entra en un callejón sin salida por "la rígida gestión europea de la crisis"

II ciclo ‘economía y sociedad’ de la real academia de san dionisio

Berges Lobera ve más sombras que luces en el horizonte de la economía española, asfixiada por el corsé de la gobernanza europea · Defiende los ajustes adoptados en el país, aunque cree que no tendrá efecto si Europa no flexibiliza los tiempos

España entra en un callejón sin salida por "la rígida gestión europea de la crisis"
España entra en un callejón sin salida por "la rígida gestión europea de la crisis"
Á. Espejo / Jerez

12 de abril 2012 - 01:00

España está haciendo sus deberes para hacer frente a la actual coyuntura económica, y el margen en la adopción de medidas se agota, pero la solución está en manos de la Unión Europea, en concreto de Alemania y Francia, patrones de este buque a la deriva por la rigidez en la gestión de la crisis, que salpica al país con especial virulencia.

El II ciclo de conferencias sobre 'Economía y Sociedad' organizado por la Real Academia San Dionisio tuvo el martes un brillante inicio con la participación del catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y consejero delegado de Analistas Financieros Internacionales (AFI), Ángel Berges Lobera, quien abordó un asunto de gran actualidad en un "martes negro" -como el vivido antes de ayer en la Bolsa-, para la economía española, tema central de su disertación.

La presentación del conferenciante corrió a cargo del académico de número José Luis García Ruiz, quien resumió el amplio y destacado curriculum del catedrático de origen aragonés, del que destacó su apego a la realidad como docente y profesional a la vez, actividades que compagina con su prolija labor como autor de más de una docena de libros, así como articulista en revistas especializadas y prensa escrita.

En su presentación, García significó la complicación añadida de la primera de las conferencias del ciclo por su temática general frente a la específica que abordarán los otros dos ponentes en martes sucesivos, en los que se analizará la situación de la banca española y la europea.

Sin más dilación, Berges Lobera tomó la palabra para realizar un exhaustivo análisis de la situación actual de la economía española, sin apenas margen de maniobra ya, y sobre la que se cierne un sombrío panorama por la nefasta gestión de la crisis por parte de los países que mandan en Europa, el eje franco-alemán que lo está haciendo "rematadamente mal".

Para ofrecer una visión conjunta y que el concurrido auditorio se hiciera una composición de lugar, el catedrático y erudito en la materia hizo un recorrido desde los orígenes de la crisis, en la banca de Estados Unidos, hasta la actualidad, en la que España está al borde del precipicio y su economía es un "cóctel explosivo" que Europa no deja de agitar.

Los riesgos bancarios, la deuda soberana y la recesión, de la que el país va camino, son los tres ingredientes básicos del cóctel molotov español que puede estallar en cualquier momento en manos del binomio Merkel-Sarkozy y de su empeño en tensar la cuerda que impide a España enfilar el camino del crecimiento.

A juicio del catedrático y analista, el acierto de las medidas -recortes- adoptadas por el Gobierno actual contrasta con la gestión del anterior Ejecutivo, que no sólo tardó en reconocer el impacto de la crisis en España, sino que junto al presidente del principal banco (Santander) proclamó en 2008-2009 el buen estado de salud de la banca española, afirmación que el tiempo se encargó de desmontar, según Berges.

Siguiendo la línea argumental de Berges, la crisis tuvo su origen en la falta de regulación del sistema bancario de Estados Unidos, desde donde saltó al resto del mundo por la globalización, para instalarse finalmente en Europa por el problema de la deuda soberana de los Estados Miembros y su descoordinación a la hora de acudir al rescate de los bancos para evitar la pérdida de sus depósitos.

La banca europea también ha jugado un papel "preocupante" como "amplificador" de la crisis, consideró Berges Lobera, quien entiende que la espiral o bucle en el que ha entrado la economía de la UE, y la de España en particular, es consecuencia directa del batiburrillo de intereses contrapuestos, en el que los países más fuertes imponen su ley.

"Aquellos polvos trajeron estos lodos y el ejemplo más claro fue Irlanda, que para frenar la fuga de depósitos de sus bancos garantizó todos los depósitos, pero estos eran ocho veces el PIB del país", señaló el ponente a modo de introducción de la segunda fase de la crisis, "la del deterioro de las cuentas públicas por los órdagos de los países para salvar a sus bancos y los paquetes de estímulo fiscal para hacer frente a la recesión".

Pese a que España desembarca en la crisis con un nivel de deuda pública inferior a la media europea (40% frente al 68% de Europa y el 60% de Alemania), el problema, según Berges, radica en la deuda privada que arrastra el país por el fuerte endeudamiento de las familias y empresas en la época de bonanza, "que pensaron que nunca se iba a acabar".

El primer problema de España es que pese a rezar como el país de la UE con menor deuda pública y mayor deuda privada, la antítesis de Italia, con el rescate de los bancos se produce el trasvase de la segunda hacia la primera.

El corsé europeo es el segundo problema que impide una mejor gestión de la crisis en España. En este sentido, el catedrático sostiene que en la mala gestión en Europa influye la asimetría entre las economías y la fiscalidad estatales, pues mientras existe una moneda común y un Banco Central Europeo, no hay una unión fiscal. "En esta asimetría ganan los países más fuertes", que imponen su ley, pero "a diferencia de los concursos de acreedores, donde estos últimos no pueden intervenir en las decisiones comerciales de las empresas (...), en Europa se imponen los ajustes, la austeridad, sin ofrecer a cambio alternativa para el crecimiento; y sin crecimiento la deuda se dispara, porque es imposible pagar las deudas".

Berges entiende que "España tiene mucho que mejorar" para frenar el rápido crecimiento de su deuda pública, que actúa de "acelerador de la recesión", pero también tiene que hacer frente a su problema de competitividad, de una estructura basada en sectores de baja productividad, que destruye el espíritu emprendedor. "Nos lo hemos cargado y nos va a costar mucho recuperarlo".

Hasta aquí todos son sombras, pero también hay algunas luces, la principal, el crecimiento de las exportaciones españolas, por encima incluso de las alemanas, aunque el punto de partida en el caso español es muy bajo. El país cuenta además con una nómina de empresas que son líderes mundiales en sectores como las energías renovables, las infraestructuras, la telefonía y la aeronáutica.

Según el catedrático, "detrás de la situación de España -que tras el momento crítico, al borde de la intervención en diciembre ha 'adelantado' a Italia- hay cierta esquizofrenia", pero la mayor presión o desconfianza de los mercados hacia el país obedece a la tardanza en la presentación de los presupuestos generales del Estado y a la negociación en Europa para reducir el objetivo del déficit. Lo primero se interpretó como un uso político por las elecciones andaluzas y lo segundo como un pulso, señala Berges, quien entiende que "España tiene poco más que hacer, ha hecho ajustes estructurales, pero depende de Europa". En resumidas cuentas, el catedrático cree que lo que necesita España para crecer es "un plan Marshall a la europea", "que se relajen los plazos para los ajustes y se adopten medidas de acompañamiento que permitan crecer.

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