Fallece el artista y gran maestro belenista José Guerra Carretero

José Guerra Carretero falleció ayer cuando contaba 83 años de edad. Restaurador de destacadas imágenes del devocionario cofrade, maestro belenista con mayúsculas, escaparatista, decorador, jefe del taller municipal de fiestas son, entre otras, algunas de las múltiples facetas que ha desarrollado este conocido y querido jerezano nacido en marzo de 1932.

Pepe Guerra se sentía artista, polifacético, y con tal condición se introdujo en múltiples disciplinas en los que su aportación, su sabiduría y templanza se han considerado fundamentales. Pero fue en el belenismo donde su nombre se expandió, maravillando con geniales creaciones que lo sitúan para la historia como el gran maestro de este arte -único con tal distinción-, un absoluto referente a la hora de entender el belenismo jerezano, habilidad cultivada por unas manos e ingenio que fueron fruto de 75 años creando nacimientos, vocación en la que se inició con siete años de edad; fue impulsor de la Asociación de Belenistas de Jerez de la que fue su presidente y fundador, al igual que fue, en el ámbito cofrade, fundador de la hermandad de la Sagrada Cena del que era el hermano número uno, cofradía que ha expresado el pesar por su fallecimiento.

En las Navidades de 2013 instaló el que dijo que fue su último nacimiento, patrocinado entonces por Cajasol. Con tal motivo, recordó en Diario de Jerez algunos aspectos de su recorrido por el belenismo, evocando que en "1953 hice el belén de los Arizón, que fue primer premio de belenes particulares; ese mismo año, también gané el de entidades con otro que puse en el Beaterio". Su secreto, lo principal, para alcanzar lo sublime en sus creaciones" es que te tiene que gustar, porque el arte te hace un esclavo. Hay belenistas que no han seguido tanto tiempo porque llega un momento el que se cansan o se le acaban las ideas, pero a mi, gracias a Dios, se me siguen ocurriendo ideas nuevas".

En lo tocante a la restauración, reconocía ser autodidacta: "Siempre me ha gustado restaurar y empecé a acudir a talleres, vi cosas, y aprendí poco a poco. Fui autodidacta, conociendo el oficio a base de practicar, que es como se aprendían antiguamente. Aunque también te digo que el artista nace, pues para serlo tienes que estar tocado por el arte, te tiene que gustar".

Entró en ese complejo mundo de la restauración en una época en la que las exigencias formativas y académicas para ejercer la profesión apenas si eran exigidas por los clientes, un aspecto de su vida profesional que produjo fuertes controversias y duras críticas por los resultados de los trabajos y la técnica con las que llevó a cabo diversas intervenciones en algunas imágenes de gran calado devocional y artístico.

El mundo de las letras tampoco es ajeno a sus apellidos con nombres como el que de su fallecida hermana la poetisa Vicenta Guerra. Esta trayectoria vital, tan unida a las artes, las costumbres y las tradiciones jerezanas, mereció la dedicación de una calle a José Guerra Carretero cuyo recuerdo de hombre afable, de voz casi susurrada y firme en sus convicciones forma parte ya del universo de jerezanos con mayúsculas.