Eso: ¿Quién dijo crisis? Y, sobre todo, que es lo que importa: ¿Afectará a la fiesta? Eso ni se pregunta porque, como dice Rafaelito, seis años a las espaldas con la esclavitud de una caseta, trabajando frente a los que se divierten, “¿qué sentido tiene entonces que hayan inventado la Feria? ¿Se van a permitir los jerezanos no disfrutar de su Feria sólo por la fatiguita?, ¿qué habrían hecho entonces nuestros abuelos, o nuestros padres, en aquellos tiempos cuando la crisis era cruda y real? Venían a la Feria, disfrutaban y gastaban lo permisible y la Feria era tan digna como la de ahora”.
El parque González Hontoria, herencia de un alcalde republicano, bulle estos días como un enorme hervidero donde no hay descanso. Todo estará a punto la noche del alumbrado, promete sobre el terreno la delegada Barroso. Los de Electricidad Ximénez andan por todos lados; ‘Los Puitos’ no paran en un sinvivir; los jardineros tampoco, ni los carpinteros, escayolistas o pintores; transportistas por doquier, un caos en fin. Después y en cada palmera, poste, esquina o cualquier sitio que se mantenga en pie, están las miles de demandas de trabajo. Lo nunca visto. Las hay de todo tipo. Nadie recuerda algo así en la feria desde la cartelería que protestaba por la huelga de Domecq, en 1982. Luego, en ese mundo tan desastroso, hay distribuidores de bebidas por todos lados. El de ‘Coca Cola’ y otros productos de la casa distribuirá este año unas 61.000 cajas. No puede adivinar las devoluciones, un 20 por ciento quizás, según la experiencia de este año. Ni tampoco quieren caer en el optimismo: “Las motos no han sido buenas, tampoco otras ferias anteriores. No esperamos lo de siempre”.
Alguien que conoce el tinglado habla de una Feria de Jerez “de paseo y de tortilla. Hemos hecho una feria cara. No dude que, como antiguamente, muchos vengan con la comida bajo el brazo”. “Las casetas más tradicionales y populares -dice Rafaelito- no lo acusarán, pero sí esas de medio pelaje que jalonan el Real y LasPalmeras”.
Y, ante la crisis, el ingenio. Toñi y José Luis llevan desde hace diez años la caseta de ‘La Casa del Pueblo’. Prometen que pondrán los precios de la feria de 2007. “No es ninguna equivocación de la imprenta; ponía Feria 2007. En la comanda ponemos los precios de 2007 y así lo advertimos en las cartas. La jarra de rebujito sale a 9 euros; la tortilla casera, cinco, como los pimientos. La ración de langostinos sale a 18 y 15 la de jamón”. YPablo, que este año lleva la caseta de ‘El Huerto’, junto a El Bosque, donde mandan la tortilla y los pimientos y, como el resto de casetas de hermandades, es donde mejor y más barato se come, tampoco es derrotista: Como aliciente, este año ha introducido en el menú alguna variedad que otra: Lo ha llamado ‘El espectáculo’. En ‘Borboreo’ piensan más o menos lo mismo: La gente irá a la feria, pero cambiarán de comida y se reservarán en las copas. “Siempre hablamos de crisis pero, al final, la gente responde. Y se pregunta uno, una y otra vez: ¿Dónde está la crisis? Parece que, para esto de las fiestas, hay siempre dinero. Y no se sabe de dónde sale”.
A tiro de piedra, en la ‘calle del infierno’, se encuentra el mejor termómetro. Son feriantes que vienen de Sevilla y otras ferias. Quién mejor que el que lo ha sufrido en sus carnes. Juan Manuel Porta es uno de ellos. Nació en San Sebastián, se crió enValencia y, como si de una ‘herencia’ se tratara, se entregó al durísimo mundo del feriante. Como sus padres y sus abuelos. No descansan, otra vez, mientras los demás se divierten. Viene de trabajar en Sevilla y sabe que este año será duro por estos pagos: “Las tarifas de las atracciones oscilan este año entre los 2,5 y 3 euros. Los tres primeros días fueron muy buenos en Sevilla. A partir de entonces, no sé cómo ni porqué, no funcionó como debiera. ¿Un porcentaje? Calculo que un treinta por ciento de bajada”.
Hay muchas formas de ahuyentar el maleficio de la crisis. El jerezano, como el andaluz, echa mano de su ingenio para afrontar la adversidad como le venga. Y, si no, ahí van algunos consejos del decálogo o ‘Manual para un feriante en crisis’ que la rubia más consumida del ferial, la Cruzcampo, ha lanzado en estas fiestas: “En la feria, derrocha elegancia, despilfarra alegría e invierte buenos momentos”. Recojamos algunos de los consejos contenidos en el decálogo:
- “En esta caseta las gambas están regular... pero ¡la tortilla está de muerte!”
- “¡Mejor vamos a tu caseta, que en la mía ya no se cabe!”
- “¿Ahora llegáis? ¡Qué pena... justo se acaba de ir el flamenquito!”
Y para quien no le sirvan ni consuelen estos trucos, ahí van las ya famosas ‘sevillanas de la crisis’, que ha lanzado el Grupo Trianeando y que, aunque muy sevillanil, también nos sirve:
I
Este año en la feria
Como está tól mundo tieso
No hay quien pida una ración
Ni de gambas ni de queso.
De jamón ya no te hablo
Que son palabras mayores
Mucha ración de croquetas
Aunque a mí me dan ardores.
(Estribillo)
Y en la calle del Infierno
Este año no me meto
Este año no me meto
Yo ya le he dicho a mis niños
Que el cacharrito es el metro.
II
Volveremos a los tiempos
De aquellas ferias del Prao
que llevábamos fiambreras
llenas de bisté empanaos.
Pero para ser más finos
llevaré los calamares
Incluso unos langostinos
Metiditos en tapergüares.
(Estribillo)
III
El paseo de caballos
También ha notao la crisis
He visto a los caballistas
Abonándose al SEVICI.
Que aunque parezca increíble
Con zahones y sombrero
Se pasean por el Real
En las bicis con salero.
(Estribillo)
IV
Los claveles a las gitanas
Y a las chinitas las rosas
Se le quedan chuchurrias
Qué malita está la cosa.
No se vende una tableta
En los puestos de turrones
La cosa está más que mala
Está mala de cojones.
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