Cuatro después de coger la maleta y marcharse a Berlín, el guitarrista jerezano Valle Monje acaba de publicar su primer disco en solitario. Forjado dentro de una familia señera de la tierra, la de Los Monos, ha bebido del soniquete de Santiago desde que era un niño y ahora, tras varios años de convivencia con otras culturas y otras músicas, ha probado su primera experiencia en el estudio.

-Antes que nada, cómo fue eso de marcharse a Alemania sin pensar en nada más....

-Bueno, un día surgió una necesidad y decidí que era la decisión correcta. Siempre he sido aficionado a la guitarra, pero llegó un momento en el que entendí que debía ser mi profesión. Además, desde pequeño he tenido amistades extranjeras y he salido mucho a otros países porque mi padre (Luis Monje Vargas 'El Peluca')trabaja mucho fuera cantando, por eso no fue una decisión traumática ni muchos menos.

-¿Y cómo es la vida allí?

-Se vive bien, pero no es como Jerez (risas). Poco a poco he ido dominando el idioma y me he hecho un sitio en el mundo de la música, la verdad es que no me puedo quejar, trabajo bastante.

-La idea del disco, ¿cuándo surgió?

-Bueno, para cualquier músico, un disco es una de las metas que se pone uno cuando pasa cierto tiempo, y en mi caso, era mi deseo pero nunca me lo había planteado con claridad. Un día, estando de vacaciones en Jerez, grabé un tema ('Sensaciones') con mis primos, Pedro Monje Dueñas y José Soto Monje, y ese fue el que me animó a emprender esta aventura.

-¿Cómo es la música de Valle Monje?

-Es una música en la que no se ha perdido la raíz pero en la que hay influencias de muchos músicos. Quizás el haber vivido estos años fuera me ha dado la oportunidad de conocer a mucha gente, músicos muy distintos, y eso quieras que no, te influye. Yo soy de los que pienso que la guitarra de Jerez siempre ha destacado por el acompañamiento, han sido guitarristas para el cante. Y esa ha sido mi escuela, la de Moraíto, la de Manuel Morao, la de tío Periquín, aunque también la de Balao, que ha sido el que ha cambiado el concepto porque nos ha metido en la milonga, en la farruca, en fin, en toques que los guitarristas de Jerez antes no hacían. Pero vamos, admiro a jóvenes como Diego del Morao, Juan Diego Mateos, Antonio Rey o Santiago Lara que han dado un vuelco a esto de la guitarra, para mí son genios.

-¿Y usted en qué grupo lo encasillamos, en los de acompañar o en los más creativos?

-Yo me considero ante todo un aficionado, y un guitarrista de oído, porque es la escuela que he tenido. Sentarte delante del maestro, ponerte dos notas y 'vete a casa y estudia'. Por eso soy un guitarrista que expreso lo que siento, y en ese sentir está el flamenco. Por supuesto, en mi música se nota que soy de Jerez, pero aparte de eso me gusta meterme por otros caminos. A la vista está que en el disco hay detalles de Moraíto, de tío Periquín...Son humildes homenajes, como 'Al son de mi barrio', que me recuerda a las fiestas que he vivido, 'Respira', que se lo debo al primo Juan Diego Mateos. No sé si gustará o no pero es mi forma de expresarme.

-'A mi aire' es un disco de diez temas en el que encontramos desde bulerías de puro soniquete a un homenaje a Ray Heredia...

-Sí, ya lo dice el título, a mi aire. Hay cosas que a lo mejor a alguna gente le parece rara, como puede ser una trilla que suena con pajaritos y una mula de fondo. Son cosas que concibo así y a lo mejor puedo salirme del conservadurismo, pero es lo que siento. Está claro que también puedo hacer un toque de Manuel Parrilla o de Periquín, pero ese no era el concepto. Que lo hay, sí, hay una seguiriya, una soleá y soniquete de Jerez, pero a mi aire.

-Al margen de sus primos, ¿quiénes han contribuido a crear este disco?

-Bueno, es una autoproducción en la que han colaborado Claudia Donna, que ha puesto las voces, mi padre Luis El Peluca, Ricarda Sibylle Bormann, una joven violinista de la Filarmónica de Berlín, y Pablo García, que ha metido todos los metales y la batería. La verdad es que a todos les tengo que dar el alma, porque se han volcado.

-El disco está en la calle desde

principios de abril. ¿Cómo ha sido la acogida?

-Creo que buena, aunque está claro que ha habido de todo. En Alemania la gente lo ha recibido muy bien e incluso he tenido algunas críticas en las que hablan de que soy un guitarrista melancólico, me comparan con Vicente Amigo en sus comienzos y eso para mí es un orgullo. De hecho, en menos de un mes he vendido las primeras 300 copias. Aquí en Jerez me he traído 150 discos y tatambién los he vendido todos.

-¿Y qué ha dicho la gente de Jerez que es tan exigente con estas cosas?

-Uff a mí aquí en Jerez me da mucha lachi (risas). La verdad es que ha habido de todo. Algunos me han dicho que ha sido una sorpresa, que no esperaban que el disco fuese así, y otros al contrario, me han dicho que era lo mínimo que esperaban de mí. De cualquier forma, este disco para mí era como una experiencia más, no he pensado en nada comercial ni nada de eso, mi único deseo era expresar mi música.

-¿Lo presentará alguna vez en su tierra?

-(Risas) A mí me da mucha vergüenza, porque aquí hay mucho arte y a mí me da mucho respeto. De todas formas, si algún día me lo plantean, lo haría con todo el gusto del mundo y rodeado de mi gente.

-Una vez que el disco es una realidad, ¿cuál es el siguiente paso?

-Hombre, hoy día la música no está en su mejor momento, pero ni en España ni en Alemania, donde hay mucha competitividad y muy buenos músicos. El disco me va a servir para seguir abriéndome puertas. Ahora estoy con un nuevo proyecto con una bailaora alemana, La Chispa, y también con un espectáculo de música clásica y flamenco que hemos llamado 'Flamencoclásica' y que ha tenido muy buena aceptación en Alemania, incluso este mes la revista Anda! hace referencia a ello.