Jerez encara la capitalidad ecuestre con una industria desperdigada

Desde el 1 de enero y hasta final de año Jerez ostenta el título Ciudad Europea del Caballo, un reconocimiento que llega de la Red Euro Equus, creada en 2003 por cuatro ciudades europeas: las fundadoras Jerez y Warengen (Alemania) y las afiliadas Golega (Portugal) y Wroclaw (o Breslabia, Polonia). La asociación nació con el propósito de promover y desarrollar el sector ecuestre más allá del patrimonio cultural del caballo y cuenta con el respaldo económico de la Unión Europea: 120.000 euros para 2018.

Para celebrar el nombramiento el Ayuntamiento está diseñando un programa de actividades ecuestres que se presentará en los últimos días de enero y que, según ha adelantado el concejal de Cultura, Francisco Camas, reforzará el calendario tradicional con alternativas artísticas, conferencias y concursos hípicos nacionales de diferentes modalidades. Para emprender esta tarea se ha constituido un comité de honor que preside Casa Real e integran Cría Caballar (Ministerio de Defensa), la Secretaría de Turismo, la Consejería de Turismo y Deportes de la Junta, el Patronato de Turismo de Diputación de Cádiz y el empresario Jan De Clerck, y un comité técnico en el que se han involucrado las asociaciones nacionales de ganaderos, federaciones hípicas, escuelas hípicas y empresas privadas de la ciudad e instituciones como la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre, la Yeguada de La Cartuja y la Yeguada Militar.

El pasado ecuestre de Jerez se remonta varios siglos atrás. Hay documentos que recogen el interés de la Reina Isabel la Católica por cabalgar en el "bueno y especial caballo rucio de Juan Riquel" o del papa Benedicto XIII, que recibió cien caballos tordos para proteger la ciudad romana. El caballo andaluz que introdujo el Imperio Español es el origen genético de los autóctonos americanos pinto, paso fino, cuarto de milla y appaloosa, sobre el que se defendió la extinta comunidad apache de Washington y Oregón. La nobleza del caballo andaluz traspasó imperios y convirtió a Jerez y su comarca en la principal proveedora europea de monturas destinadas a la lucha, el ocio y la distinción social, fama que todavía la adorna.

Avalada por este currículum la ciudad apostó por hacerse un hueco en la élite del deporte celebrando en 2002 la cuarta edición de los Juegos Ecuestres Mundiales con un presupuesto de 18 millones de euros. La inversión fracasó por la gestión municipal y la estructura obsoleta del sector ecuestre en España, alejada del modelo alemán, portugués o francés, que con 1.300.000 federados cuenta con sillón propio en la cúspide del competitivo deporte ecuestre.

El Instituto Francés del Caballo y de la Equitación se constituyó en 2010 pero Francia incorporó los principios académicos ecuestres que evolucionaron desde que se mecanizó la actividad militar para crear en 1972 la Escuela Nacional de Equitación, que ahora está incluida en el Instituto. El organismo no solo garantiza el aprendizaje en las escuelas locales de equitación de base homologadas; además, coordina las ayudas a los ganaderos, los deportistas y la enseñanza de profesionales del sector, con titulaciones académicas para herradores, mozos, monitores y jinetes, entre otros oficios, que se incorporan a un mercado laboral nacional e internacional pujante. En 2011, la equitación tradicional francesa y su símbolo el espectáculo ecuestre Le Cadre Noir, fueron declarados Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

El caballo es una especie ganadera distinta a todas. Hay caballos productores de potros, deportistas, terapeutas y policías, por eso, en otros países dependen del Ministerio de Agricultura y Ganadería hasta los siete años y del Ministerio de Deporte desde la edad adulta. En España, el sector ecuestre continúa desordenado pese a los intentos por acercarlo al modelo del país vecino. A principios de este siglo, la crianza del caballo pasó de ser una competencia militar a ganadera y el deporte ecuestre, que gestiona el Consejo Superior de Deportes a través de la Real Federación Hípica, importó de Francia el baremo de niveles conocido como Galopes, exámenes aptos para cualquier jinete federado. Por su parte, el fomento y la formación ecuestre son responsabilidades de las comunidades autónomas, con 250.000 caballos censados y 35.000 jinetes federados.

Los ganaderos de ocho razas equinas crearon en 2013 la Federación de Asociaciones de Criadores de Caballos para "garantizar la defensa de los intereses del caballo de raza pura", destacó el ministro de Agricultura y Ganadería Miguel Arias Cañete. Pero no todas las razas puras persiguen los mismos intereses. Hay colectivos que lideran objetivos con resultados estimados a medio y largo plazo y otros que abogan por mantener el modelo actual, menos exigente con las habilidades deportivas de los potros. El concurso completo de equitación cuenta con jinetes y amazonas españolas en las finales europeas y caballos de raza angloárabe nacidos en Andalucía. El pura raza española sigue aportando potros a la disciplina de doma clásica pero los equipos nacionales que llegan a los Juegos Olímpicos y citas europeas están liderados por caballos importados, más competitivos en los movimientos bailados. En la disciplina de salto de obstáculos, Alemania, Holanda, Francia y Reino Unido encabezan el ranking mundial con razas propias especializadas en esta disciplina.

Un sector ecuestre industrializado permite a los profesionales del mundo del caballo ejercer una actividad regulada, reglada y coordinada por la administración desde los cimientos, o sea, desde la cría, la formación y el deporte. Jerez está equipada con instalaciones que permiten la constitución de una institución nacional ecuestre en donde formar potros y caballistas con una titulación única: la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre, la Yeguada de La Cartuja, el Depósito de Sementales y el cortijo Garrapilos, adaptado en 2002 para las disciplinas de concurso completo de equitación, enganche y raid. Su condición de capital continental del caballo en 2018 y la centenaria tradición ecuestre que la respalda deben llevar a la ciudad a impulsar mejoras estructurales que traspasen el patrimonio cultural heredado. Es un propósito fundacional de la Red Euro Equus.