Las instalaciones de la Escuela de Hostelería de Jerez acogieron ayer el amplísimo despliegue realizado por el Grupo Caterdata para celebrar la séptima semifinal nacional del concurso 'Cocinero del Año', que alcanza su tercera edición.

Jerez fue la encargada de determinar el séptimo cocinero que optará a la prestigiosa medalla en el transcurso de la 'Feria Alimentaria', que se celebrará el próximo 25 de marzo. En la séptima semifinal, se vieron las caras chefs en activo que desempeñan su labor profesional en las comunidades de Andalucía, Extremadura y Canarias, o en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. En total fueron siete andaluces, dos extremeños y un canario. Los diez chefs que participaron en la semifinal fueron Víctor Óscar Trochi, del restaurante 'Skina'; Mikel Landa, del restaurante del Real Club de Golf de Sotogrande (San Roque); Juan Andrés Rodríguez, del restaurante 'El Claustro' (Armilla, Granada); José González, del restaurante 'Trama y Azahar' (Cabra, Córdoba); Joaquín Espejo, del restaurante del Hotel Palacio de Mengíbar (Jaén); José Ángel Leyva, del restaurante 'Paladar' (Cenes de la Vega, Granada); Antonio Rodríguez, del restaurante 'Puerto Delicia' (Bormujo, Sevilla); Juan Carlos Padrón, del restaurante 'El Rincón de Juan Carlos' (Santiago del Teide, Tenerife); Raúl Olmedo, del restaurante 'Botey' (Cáceres); y Manuel García, del 'Catering Venecia' (Badajoz).

El jurado que tuvo por delante la difícil tarea de decidir cuál de las diez propuestas era la mejor contó con la presencia de reconocidos cocineros, caso de Miguel Díaz, del restaurante 'Gastronium' con una estrella Michelín; Jordi Cruz y Beatriz Sotelo (anteriores ganadores del certamen), Ramón Caso (del restaurante 'Altair' con una estrella Michelín) y el jefe de cocina de la Escuela de Hostelería, José Rosales.

Finalmente, Víctor Óscar Trochi, un chef de origen argentino que trabaja en el restaurante 'Skina' de la localidad malagueña de Ojén, logró la última plaza que da acceso a la final. A la tercera fue la vencida, pues han sido dichas las ocasiones en que ha participado en una semifinal del concurso 'Cocinero del Año'.

La propuesta presentada por el ganador consistió en el siguiente menú: Vieira rustida a fuego vivo con alga aliñada como aperitivo, Canelón de aceite de oliva y tubérculos como entrante; Salmonete anisado con guiso de crestas de gallo y papada de cerdo, de plato principal; y un Destornillador, vodka y cítricos, de postre. Es especialmente destacable que los cocineros estaban obligados a elaborar una propuesta gastronómica compuesta por entrante, plato principal y postre sin sobrepasar los 16 euros de presupuesto.

El segundo lugar de la semifinal fue para el chef Joaquín Espejo, del restaurante del Hotel Palacio de Mengíbar (Jaén) y en tercer lugar se clasificó Juan Carlos Padrón, de 'El Rincón de Juan Carlos', situado en la localidad canaria de Santiago del Teide (Tenerife).

Es especialmente reseñable que el premio en cuestión gana en reconocimiento a cada año que pasa. No en vano, los dos cocineros que ganaron la primera y la segunda edición, Jordi Cruz y Beatriz Sotelo, ya cuentan con una estrella Michelín cada uno de ellos.

De otro lado, la firma de cava catalán Codorniú invitó a los chefs que así lo deseasen a elaborar con un presupuesto de dos euros un aperitivo. En este jurado estuvieron los conocidos restauradores jerezanos Juan Carlos Carrasco ('Casa Juan Carlos') y Faustino Rodríguez ('Bar Juanito'). Personal de la Escuela de Hostelería, concretamente Francisco Angulo y Joaquín Ramírez, ejercieron de jurados técnicos.

Todos ellos tuvieron que dirimir la mejor propuesta. Así, Juan Carlos Padrón, tercer clasificado en el premio principal, se alzó con el triunfo en los aperitivos con Ostra de mar y ostra de tierra; Manuel García, del 'Catering Venecia', de Badajoz, ganó el Premio Aceite 'La Masía' otorgado al concursante que mejor selecciona, usa y recicla el aceite; y Carlos Cárdenas recibió el Premio 'Viña Pomal' que reconoce la mejor trayectoria dentro de la Escuela de Hostelería donde se celebra la semifinal.

De otro lado, cabe destacar que además del concurso gastronómico, en las referidas instalaciones también se celebró una 'mini feria' de productos hosteleros en la que no faltó, incluso, una pasarela por la que desfilaron los últimos modelos de prendas profesionales relacionadas con el mundo de la gastronomía. También hubo clases magistrales y demostraciones, algunas de ellas tan curiosas como una 'cata de copas' en la que se demostró a eruditos y profanos la importancia vital que tiene para la degustación de un buen vino una no menos buena copa.